¡A por la quinta Ensaladera!
Tomás de Cos
Nadal nunca defrauda a sus seguidores y este domingo levantó al público de la Plaza de Toros de Córdoba al grito de “¡Torero, Torero!” después de empequeñecer a un Tsonga crecido tras su exhibición en el dobles y clasificar a España para su octava final de Copa Davis. Poco después conocimos que Argentina será el rival a batir en la final, que se disputará del 2 al 4 de diciembre en territorio español (Madrid o Valencia, en principio), tras el abandono por lesión de Djokovic en el cuarto punto de la otra semifinal frente a Del Potro.
El mallorquín, muy agradecido a sus compañeros por la victoria cosechada en Austin (Texas) en los cuartos de final en la que estuvo ausente, recompensó a sus amigos con dos apabullantes victorias ante Richard Gasquet (6-3, 6-0, 6-1) y Jo Wilfried Tsonga (6-0, 6-2, 6-4). Atrás dejó su viaje relámpago, el jet-lag, y el evidente cansancio físico con el que aterrizó en Córdoba. Su cara en la rueda de prensa ofrecida a su llegada era todo un poema. La tercera, segunda en orden cronológico, corrió a cargo de David Ferrer, líder del ‘austinazo’ y tenista nacido para la Davis, que noqueó a Gilles Simon (6-1, 6-4, 6-1) el viernes.
La cruz de la eliminatoria llegó en el punto de doble, en el que Feliciano López y Fernando Verdasco sufrieron la derrota más dura jamás encajada por el equipo español en la Copa Davis: 6-1, 6-2, 6-0. Una jaimitada inexcusable dada la negativa actitud mostrada por la dupla española, que hasta pareció jugar y salir regañada de la pista. Ni un grito de ánimo, ni rastro de la habitual complicidad entre ambos y cada cual haciendo la batalla por su cuenta. Una imagen terrible aplacada a tiempo por el buen hacer de Nadal y las consideradas declaraciones de Albert Costa, que permitió luego a Verdasco reconciliarse con el público derrotando a Gasquet (6-2, 6-1 en el quinto punto). Veremos si tiene futuras consecuencias. Por cierto, que el talentoso tenista de Beziers también ha quedado seriamente retratado en esta semifinal.
Reedición de la final de Mar de Plata
En la otra semifinal, celebrada en Belgrado, Serbia pagó cara las secuelas del triunfo de Djokovic en Flushing Meadows. El número uno del mundo, protagonista de una temporada de ensueño, no saltó a la pista ni viernes, ni sábado, y para cuando lo hizo en la tercera jornada su estado físico no le permitió salvar el segundo match point de la eliminatoria. Entregó la primera manga en el desempate después de no haber concretado sus opciones y se retiró tras entregar el tercer juego en la segunda.
Un latigazo en la parte baja de la espalda, que ya le avisó en la final del último grande del año, le obligó a salir cojeando a los vestuarios en medio de una tremenda ovación de sus incondicionales. Una imagen que deja en mal lugar a quienes dudaron de su compromiso con Serbia y de su llamada al fisio en Nueva York, que reabre los debates sobre el calendario inhumano que soportan los tenistas y el escaso valor que la ITF concede a la mejor competición por equipos del mundo de la raqueta. Y es que tras cumplir con los actos protocolarios de todo campeón, Djokovic llegó a Serbia a menos de 24 horas del inicio de la eliminatoria.
El Hewitt-Wawrinka, suspendido por falta de luz
Como es habitual, Federer acudió al rescate de Suiza para conseguir el ascenso al Grupo Mundial. Su concurso permitió a los de Severin Luthi empatar por dos veces la eliminatoria. El semifinalista del US Open que malgastara dos bolas de partido frente al que luego fuera campeón, se impuso en sus dos duelos individuales frente al veterano Hewitt (5-7, 7-6, 6-2 y 6-3) y el prometedor Tomic (6-2, 7-5, 3-6 y 6-3). Antes, Tomic había arrebatado el primer triunfo a Wawrinka (4-6, 6-4, 6-3, 6-3) y Hewitt y Guccione se habían impuesto a Federer y el propio Wawrinka en el dobles (2-6 6-4 6-2 7-6).
Decidió ya hoy lunes el Hewitt-Wawrinka, que quedó suspendido el domingo por falta de luz en el quinto set, con rotura de servicio a favor del helvético (4-6, 6-4, 6-7, 6-4, 5-3) y servicio del exnúmero uno mundial. En la reanudación Wawrinka apretó al resto para arrebatar el juego y el partido al viejo zorro de Adelaida, tres veces finalista (1999, 2000 y 2001) y campeón en 2003.
Además, la República Checa se impuso a Rumania (5-0), Rusia a Brasil (3-2), Canadá a Israel (3-2), Croacia a Sudáfrica (4-1), Italia a Chile (4-1), Japón a India (4-1) y Austria a Bélgica (4-1). Todo en el día en el que la Roja de basket, la de los hermanos Gasol, Navarro (MVP), Calderón, Rudy, Ibaka, Rubio, Llull y compañía reeditaron su triunfo en el Europeo emulando a la mítica Yugoslavia. ¡Grandes!