Una imagen, una frase (Jorn.1)
Durante el primer tercio de la temporada suele primar una buena pretemporada sobre la calidad de una plantilla. Por eso se suelen ver equipos que empiezan de forma meteórica y luego se van desinflando. Además, los favoritos suelen empezar al ralentí, buscando alcanzar el mejor momento de forma entre noviembre y diciembre. Este año, el factor pretemporada pasa a ser secundario. Es mucho más importante la continuidad y que la mayoría de los jugadores estén acostumbrados al sistema. Por eso, parece que no habrá tantas sorpresas. Los equipos buenos, los que menos han necesitado renovarse, los favoritos, pueden imponer su ley desde el primer día. Y encima saben que solo pueden mejorar, si no sufren lesiones graves.
Algunos pensábamos que los Packers seguían en la nube. Rodgers y compañía nos bajaron de ella de golpe.
Fumbles, pérdidas de balón, intercepciones… Muchos dirán que el ataque de los Steelers estuvo desaparecido, yo creo que la defensa de los Ravens estuvo majestuosa.
Urlacher salió al campo y nos recordó a todos que él solo es capaz de empujar a los Bears hasta la cima.
San Cedric salió reformado de la cárcel para ganar un partido que deja a los Browns en cuarentena y a los Bengals en el buen camino.
Los Texans se apiadaron de unos Colts que, sin Manning, ni se aproximan al nivel mínimo exigido en la NFL.
Maurice Jones-Drew, recién salido de una lesión, dio una lección a un Chris Johnson recién premiado con un contrato nuevo.
No quiero hacer de menos a unos Bills, que tal vez merezcan más atención de la prestada, pero la carroza de los Chiefs se ha convertido en calabaza durante el lockout.
Quizá os parezca una exageración, pero las sensaciones fueron de superioridad insultante, próxima al rodillo… y los Rams no son mancos.
Visto lo visto me encaramo aún más arriba del guindo. Con Stafford sano, los Lions son una máquina de jugar tanto en defensa como en ataque. Los Buccaneers fueron arrollados aunque el marcador no lo refleje.
Mira por dónde. Todos pendientes del debut de Kolb, que lo hizo muy bien, y el que nos dejó boquiabiertos fue Cam Newton, que lo hizo mejor.
Por un momento, pareció que los Chargers seguían otro año regalando partidos sin ton ni son. Por suerte para ellos, McNabb se encargó de evitarlo.
Ted Ginn Jr. retornó para touchdown un kickoff y un punt en menos de un minuto y llevó los fuegos artificiales a una cueva oscura.
Hace algunos meses, un lector del blog se declaró fanático de Rex Grossman. Decía que durante su etapa en Florida era un jugador magnífico, muy diferente del que hemos conocido en la NFL y estaba convencido de que algún día despertaría. Hasta ayer, pensé que eran los delirios de un idólatra.
Jets y Cowboys volvieron a ser los de la temporada pasada. Unos encontraron la manera de perder cuando parecía imposible; los otros, la forma de ganar aunque no lo merecieran.
Lo de Brady fue de traca. Hasta los árbitros tiraban pañuelos sin penalización para descansar de su ritmo frenético en ataque sin reunión, pero sigo pensando que con ese juego de carrera van a llevarse un disgusto cuando más duela.
Si Janikowski sigue metiendo fieldgoals de 63 yardas, habrá que definir un nuevo estilo de ofensiva: ataque aéreo, ataque terrestre y ataque artillero intercontinental.