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Los 100 metros y el dopaje

Actualizado a

Steve Mullings (Jamaica) y Mike Rodgers (Estados Unidos) han dado positivo. Los dos partían con serias posibilidades de medalla en los 100 metros para los Mundiales de Daegu. Dos bajas significativas. Y que los 100 metros han sido históricamente prueba propicia a los positivos por dopaje, hasta el punto de que en los Mundiales se han retirado una medalla de oro (Ben Johnson en Roma 1987) y una de plata (Tim Montgomery en Edmonton 2001) y se ha descalificado a un cuarto puesto (Dwain Chambers, en París 2003), entre otras varias incidencias. Estos son los casos más notables en la categoría masculina.

Ben Johnson (Canadá): Perdió con retroactividad el título de Roma 1987 y el récord mundial (9.83), al ser cazado en los juegos de Seúl del siguiente año, con estanozolol, un anabolizante, y demostrarse que se dopaba con mucha anterioridad. Regresó, sin alcanzar la élite, dio de nuevo positivo y fue descalificado a perpetuidad.

Tim Montgomery (Estados Unidos): En 2005 se destapó su implicación en el Caso BALCO, la mayor trama privada y conocida de dopaje de la historia. Su anularon sus marcas desde el 31 de marzo de 2001, y perdió una plata en los Mundiales de Edmonton 2001, y el quinto puesto en París 2003, además del récord mundial (9.78, el 14 de septiembre de 2002, en París). Tiene un hijo con Marion Jones, también implicada en esa trama, y está actualmente en la cárcel, acusado de fraude. Nunca dio positivo.

Dwain Chambers (Gran Bretaña): Dio positivo con Tetrahidrogestinona (la presuntamente indetectable THG, un anabolizante sintético de los Laboratorios BALCO) en 2003, pero posteriormente reconoció que se dopaba desde 2002, y fue sancionado con fecha 1 de enero de 2002. Se le despojó de su título europeo de Múnich 2002 y de su cuarta plaza en los Mundiales de París 2003.

Dennis Mitchell (Estados Unidos): Dio positivo con testosterona en 1998, pero la Federación Estadounidense no le sancionó al aceptar su explicación, textualmente esta: “Me bebí cinco cervezas e hice el amor cuatro veces con mi esposa, porque era su cumpleaños y la señora merecía un tratamiento”. La IAAF sí le sancionó. Había sido bronce en los Mundiales de Tokio 1991. Por cierto, escapándose: reaccionó en 0.090, cuando el tiempo mínimo de reacción debe ser 0.100.

Linford Christie (Gran Bretaña): En 1999 dio positivo con nandrolona, un anabolizante. Tenía cien veces más de lo considerado normal. El campeón olímpico en Barcelona 1992 adujo que debía a haber consumido carne contaminada, como ahora Alberto Contador. La IAAF le castigó con dos años. En los Juegos de Seúl 1988 ya arrojó un presunto positivo con seudoefedrina, un estimulante, pero no fue castigado. En 1994 dio positivo el cuatrocentista británico Solomon Wariso (efedrina) y declaró que era Christie quien le había suministrado la sustancia, que, al parecer, compró en Florida (Estados Unidos). Tampoco hubo sanción.

Justin Gatlin (Estados Unidos): En 2002, cuando era júnior, fue castigado al dar positivo por un medicamento contra una enfermedad que producía falta de atención. Su castigo fue acortado, porque se estimó que era involuntario. En 2006 dio positivo nuevamente, esta vez con testosterona, y fue castigado cuatro años y su récord mundial de 9.77 anulado (12 de mayo de 2006, en Doha). Ha vuelto y representará a Estados Unidos en los Mundiales de Daegu. 

El el resumen de una crónica negra, pero crónica que está ahí y que hay que conocer. No todo es color de rosa. Y dejo las mujeres para otro día, si hay oportunidad: Kelly White, Marion Jones, Ekaterini Thanou, Merlene Ottey...

¿Y Oscar Pistorius?

Los que seguís el blog ya sabéis que admiro profundamente a Oscar Pistorius, pero pienso que debe competir en Paralímpicos, y no contra los atletas que no tienen prótesis. Siempre he creído que las suyas le benefician, pero me cuesta creer que ese beneficio llegue a diez segundos en 400 metros. Pasar de 45 a 55 me parece excesivo. Lo lioso del caso es que, en base a una misma realidad (la naturaleza de sus prótesis), los científicos no se ponen de acuerdo y que, según parece, alguno que hace meses dictaminó una cosa ahora se inclina por la contraria. No parece ni serio ni responsable. Lo que está claro es que Pistorius va a correr en Daegu (salvo ofensiva de última hora de la IAAF, que ya sabéis que es contraria) y que tendría alguna posibilidad de acceder a la final. Ya hay polémica, pero si se cuela entre los ocho mejores, se intensificará. 

Mario Pestano

El coloso canario me parece que se queja en declaraciones que publicamos en as.com de que se habla demasiado de dopaje y demasiado poco del esfuerzo diario de los atletas. Así me parece entenderlo, al menos. Debo decir que los periodistas escribimos de dopaje porque existe el dopaje, y que hay atletas que hablan de dopaje porque saben que compiten, a veces, contra gente dopada. Y que los periodistas valoramos el esfuerzo diario de los atletas limpios. O la mayoría de nosotros, al menos. Y por eso nos parece mal que haya atletas que consuman sustancias prohibidas. Y para arreglar el problema, si es que se puede arreglar, lo primero que hay que hacer es hablar de ello. A los únicos a los que beneficia que no se hable de dopaje es a aquellos que se dopan. No lo olvidemos. Ni caigamos en la trampa.