Tres QBs en el punto de mira
Henne, Orton y Tebow tienen un problema. No es el mismo para los tres. Cada uno tiene el suyo y la solución es bastante complicada.
Chad Henne tuvo un inicio prometedor hace dos temporadas como QB titular de los Dolphins. Nadie vio en el a un nuevo Marino, pero sí que parecía un jugador de garantías, capaz de asumir el peso del ataque y de lanzar con criterio. Pero fue un espejismo. Como leí hace poco en algún sitio, Henne ha demostrado que es capaz de lanzar el balón a cualquier lugar del campo y ahora sólo le falta que llegue a las manos de sus receptores. A día de hoy, para la mayoría de los aficionados Henne es un insensato que, en los peores momentos, siempre da un paso adelante y toma decisiones arriesgadas que estropean más la situación. En la segunda mitad de la pasada temporada parecía un tipo desquiciado, sin la capacidad de análisis que requiere un jugador en su posición. Parece que en Miami han decidido darle otra oportunidad, pero los aficionados quieren evitarlo a toda costa. El staff técnico está indignado con la actitud del público y el jugador comienza a derrumbarse. Su falta de acierto en los primeros entrenamientos se está extendiendo a sus declaraciones, que comienzan a ser derrotistas.
La solución no es fácil. Detrás de Henne no hay un QB de garantías. El fichaje de Matt Moore parece solo un parche tras la incapacidad de llegar a un acuerdo con Denver por Orton. Moore no parece un recambio de garantías si Henne sigue sin despertar. La temporada de Miami está casi terminada cuando aún no han comenzado ni los amistosos.
Orton terminará contrato cuando concluya la próxima temporada. En el horizonte hay muchos equipos sin un jugador de garantías lanzando el balón y no demasiados universitarios ilusionantes para el próximo draft. Además, los Broncos ya han dejado claro, con las declaraciones de Fox y, sobre todo, de Elway, que Orton no les gusta. Por eso, el QB sabe que el año que viene será agente libre y podrá negociar sin problemas con quien le apetezca. El problema es que la temporada de los Broncos se avecina tormentosa y no sería raro que Fox se lanzara a hacer experimentos en cuanto lo vea todo perdido. Es lo que hizo el año pasado en Carolina. Si lo pensáis, la mejor solución para Denver quizá sea quemar de una tacada tanto a Orton como a Tebow para poder empezar de cero en 2012 sin presión de los aficionados.
Por eso, creo que Orton tendrá esta temporada la difícil papeleta de seguir demostrando que es un QB de garantías en el que se puede confiar. Su equipo no le va a ayudar demasiado en esa misión. Por otro lado, los deportistas tienen una tendencia natural, y lógica, a considerarse mejores de lo que son. Me imagino a Orton viendo las evoluciones de Tebow en los entrenamientos de verano y pensando que es imposible que ese tipo le pueda hacer competencia. A veces hay que ser realista y pensar que hay muchos otros factores que pueden influir en la titularidad de un jugador, por muy bueno que sea. Y que conste que yo sigo pensando que Orton es buenísimo.
Tebow se juega su futuro profesional en los próximos seis meses. Su problema es que él no tiene una salida como Reggie Bush. Nadie le contratará como especialista para jugadas puntuales. Si Tebow no sirve como QB número uno ningún equipo querrá hacerse con sus servicios. La afición de los Broncos ha demostrado que el efecto hipnótico del jugador puede hacer mucho daño, y crear debates emotivos pero muy poco reales. Si alguien nace con alma de emperador, jamás se conformará con un papel secundario.
Henne, Orton y Tebow se pasarán toda la temporada 2011 jugando exámenes finales y no está nada claro que alguno de ellos sea capaz de terminar el curso con aprobado. De sobresalientes, ni hablamos.