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Siempre seré un Panther… y el día de los jarrones chinos


Antes de empezar solicito vuestra ayuda. Es literalmente imposible actualizar todos los movimientos importantes que se están produciendo en la NFL. No puedo hacerlo. Por eso os pido que seáis vosotros, si os apetece, los que vayáis actualizando en vuestros comentarios las novedades más importantes que se me escapen. En realidad ya lo estáis haciendo. Creo que entre todos podemos conseguir que en este blog haya información actualizada que le sirva a todo el mundo.

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“Siempre seré un Panther”. Tremenda frase que nos lleva de nuevo a Dillon, el reino ficticio de Eric Taylor, ‘EL ENTRENADOR’ con mayúsculas. El tipo que más veces nos ha puesto de pie frente al televisor, y que dejó de ser un Panther para convertirse en un Lion y terminó… Perdón, casi le reviento el final a quien no haya visto la quinta y última temporada.

Pero esa frase, que se repetía una y otra vez en la serie 'Friday Night Lights', ha salido en esta ocasión de la boca de Steve Smith. El receptor de Carolina dijo hace algunas semanas que nunca volvería a jugar en los Panthers, aunque ahora afirma que no se entendieron bien sus palabras. Efectivamente, no debimos entenderle bien, porque parece más feliz que una lombriz de seguir en su equipo de siempre. Lo mismo ha sucedido con DeAngelo Williams. Carolina le ha hecho un ofertón descomunal y el jugador ha firmado sin pensárselo y supongo que desde entonces no ha parado de beberse botellas de Moet Chandon a morro. 43 millones de dólares en cinco años, 21 de ellos garantizados. Otra de las joyas de la agencia libre que se queda en su casita. Más vale malo conocido…

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Pero ya que hablamos de bebidas alcohólicas a morro, no quiero ni pensar el estado etílico en que se encuentra ahora mismo Dani Hidalgo. Hoy no ha aparecido por el periódico y está ilocalizable. ¡Sus Redskins se han librado de Haynesworth y han conseguido algo más que un sándwich! Los Patriots han regalado a los capitalinos una quinta ronda de 2013 por la alcuza de los 100 millones de dólares. Sí, ya lo se, Belichick es capaz de convertir a un tipo acabado en el mejor jugador de la NFL. Ya lo hizo con Dillon (Corey, no la sede de los Panthers), Moss, e infinidad de otros individuos a los que no quería nadie. Además todos sabemos que los de Boston recuperarán esa quinta ronda de algún modo, y además añadirán un par de terceras y tal vez una primera por el camino. Pero alguien me tiene que explicar qué tiene la defensa 3-4 de los Patriots que no tenga la 3-4 de los Redskins para que Haynesworth sí que esté dispuesto a jugar en ella. No os olvidéis que todo el lío comenzó con la negativa de Big Albert a jugar en un esquema que no fuera 4-3. Tampoco me creo que Belichick sacrifique a un jugadorazo como Wilfork para dejar sitio a Haynesworth.

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Me inclino a pensar que Belichick está valorando volver a una 4-3 en 2011. El año pasado, de hecho, los Patriots combinaron las dos formaciones casi al 50%. Ahora, su defensa sigue sin tener pass rush y la vuelta de Ty Warren no asegura la solución del problema, aunque alivie un poco la desesperante ausencia de defensive ends dominantes en la plantilla. En cualquier caso, la resurrección de Haynesworth por parte de Belichick podría convertirse en el gran milagro de nuestro tiempo. Porque, para más inri, el jugador ya huele.

Pero el caso de Haynesworth no es la única sorpresa del día. Reggie Bush ha dado la segunda.


Las vueltas que da la vida. Hace ya muchos años, Dolphins y Saints fueron protagonistas el movimiento más sonado de un corredor en la historia de la NFL, cuando el bueno de Ricky Williams cambió el Mardi Gras por la salsa cubana. Años más tarde, el jugador dejó el football americano en busca de la hierba más verde (no precisamente para pisarla) y cuando se cansó de hacer el indio volvió como una sombra de si mismo. El caso de Bush es muy distinto. Él no fuma hierba, solo aceptaba regalos cuando era universitario. Tampoco voy a decir que sea una sombra de si mismo, porque en la NFL, sinceramente, nunca ha sido nadie más allá de un saltimbanqui divertido y oportunista. Mucho ruido y pocas nueces. Los Saints ya quisieron reestructurar el contrato el año pasado, pero la euforia del anillo les llevó a una amnistía general. Ahora están con el agua al cuello, sin margen contra el límite salarial, y han decidido que el jarrón chino que había en el salón no era tan bonito. Bush, que no es tonto, tiene muy claras sus limitaciones, sabe que ya está calado, y ha aceptado rebajarse el sueldo para poder jugar en Miami. La pregunta es muy sencilla: ¿Para qué coño quieren los Dolphins a Reggie Bush cuando lo que necesitan es un running back? No soy capaz de responder a la pregunta, así que mejor no insisto.


Y ya que estamos con los Dolphins, la búsqueda de un quarterback se les está complicando tanto como la de un buen corredor. Orton ha comenzado a entrenar con los Broncos a pesar de que exigió que lo vendieran antes del inicio del training camp. En Denver deben haber respirado aliviados, porque Fox había amenazado con hacerse con los servicios de Delhomme si se producía el movimiento. ¡Fox y el innombrable juntos ‘again and again forever in the world’! Solo de pensarlo me excito. Denver puede conseguir en cinco años lo imposible: pasar de ser la franquicia más seria de la NFL al despiporre padre.

Y nada, chavales, poco más. Como os decía el otro día, las carteras están llenas, hay que llegar al 93% del límite salarial y los equipos están tirando el dinero como si esto fuera una lista de bodas. Demasiados jarrones chinos.