Thiago, ante Liechtenstein
Hay partidos en la fase de clasificación de la Eurocopa absoluta que no tienen mucho sentido. Por ejemplo que España, campeona de Europa y del mundo, reciba a Liechtenstein. Pero el duelo que medirá a ambos en septiembre debería cobrar un interés especial. Para Del Bosque, para la afición y para todo el país. Thiago tiene que debutar ese día en partido oficial. Sí o sí. Cuestión de estado. Y es que su doble nacionalidad hispano-brasileña no asegura aún su futuro con La Roja.
El propio futbolista ha aseverado que mantendrá su fidelidad a quien le ha formado, pero más valdría a Del Bosque que lo corroborará. Ayer volvió a manejar a la Sub-21 con un ritmo de balón trepidante, sacó conejos de la chistera como sólo los grandes saben y dejó la esperanza de que quizá en breve pueda suplir a Xavi, lo cual ya es mucho decir. Lástima que el sueño olímpico deba esperar, porque Thiago mereció redondearlo ayer con su brocha. La de uno de los hijos del tiqui-taca.