Nadal aparca las dudas
Tomás de Cos
Como anticipó aquí Alex Corretja. La mayor virtud de Nadal es que “cuando necesita poner una marcha más, siempre la tiene”. Ayer el balear volvió a demostrarlo con su incontestable triunfo ante Soderling el único tenista que hasta la fecha fue capaz de ganarle en la arcilla parisina. Victoria balsámica en tres sets (6-3, 6-1 y 7-6) con la que el propio Rafa ha querido dar carpetazo a las dudas que nublaban su tenis. Su interior vuelve a estar, tranquilo, en paz.
Porque lo importante no fue solo el resultado, sino las sensaciones experimentadas y transmitidas por el balear en su pista talismán. Nadal recuperó la agresividad extraviada días atrás y voló con su derecha, con la que es capaz de dominar a sus rivales y hasta los remolinos de viento de la Chatrier. Fue tan contundente y resolutivo como de costumbre y sus piernas se reencontraron con el punto exacto de equilibrio entre potencia y coordinación.
Nadal saltó a la pista convencido de resolver el sudoku. Esa tranquilidad lubricó su alma y su inteligencia puso de nuevo a trabajar al unísono al conjunto de conocimientos y habilidades que le han aupado dos veces al nº 1. Con el bucle del nerviosismo y la ansiedad cortocircuitado, su juego se volvió fluido, poderoso, temible. Apareció la derecha paralela, la profundidad y la definición marca de la casa. Una liberación que hizo de su mente el factor decisivo, el valor añadido que marca las diferencias con el resto. Y prueba de ello son sus ¡13 errores no forzados!
El día de su 25 cumpleaños, Rafa Nadal disputará ante Andy Murray su sexta semifinal de Roland Garros en sus siete participaciones en los Internacionales de Francia. Unas semifinales de órdago, con la presencia de los cuatro grandes virtuosos de la raqueta de los últimos años. En su envite con Federer, Djokovic se expone mucho. Está en juego su imbatibilidad, el sueño de alcanzar el nº1 y la posibilidad de optar a ganar su primer grande sobre tierra. Veremos cómo gestiona semejante cúmulo de emociones tras cuatro días de “descanso”.
“Con esa movilidad, Nadal ganará este torneo”, resaltó Soderling sobre la destreza con la que el español tapona las vías de acceso de sus rivales. Lo advierte el finalista de las dos últimas ediciones. Una vez aparcadas las dudas, Nadal afronta con todas las garantías el ascenso al trono de Borg.