Este año no viajaré a Wembley
Dos años después, los Buccaneers regresarán a Londres para verse esta vez las caras con los Bears. Y dos años después, lo harán como locales. La elección de ese partido me ha traído inmediatamente el recuerdo del que les enfrentó con los Patriots y, sobre todo, de un amigo que se sentó a mi lado en el estadio de Wembley en 2009 y que ya no está con nosotros.
Ahora que lo pienso, he empezado muy optimista. Lo correcto sería decir que la NFL tiene previsto ese partido si termina habiendo temporada. Y quizá este sea el momento ideal para que los aficionados europeos nos hagamos notar y demostremos la indignación que sentimos con todo lo que está pasando en nuestro deporte favorito.
Yo os adelanto que este año no viajaré a la capital británica. Me aguantaré las ganas de ver en directo a Freeman dos años después, convertido ya en una estrella, me quedaré chafado por no disfrutar de la dureza mítica de los ‘Monsters of the Midway’, pero creo que la NFL actual no merece el esfuerzo económico de un viaje así. Será mi forma de protestar por todo lo que está sucediendo.
Lo primero que hice tras conocer la noticia fue rescatar los recuerdos que me traje del partido de 2009. Las banderas piratas blancas y rojas, las gorras y las camisetas. Como un niño abriendo un baúl de juguetes mucho tiempo olvidado. Pero la ilusión infantil se transformó en frustración casi al instante. Ellos me importan a mí, pero yo no a ellos. Solo les interesa mi dinero.
No digo que los demás debáis hacer lo mismo. Asumo que muchos soñáis desde hace años con ver un partido de la NFL, o a vuestro equipo favorito, en directo. A pesar de todo os confieso que mi mayor deseo sería que durante la temporada 2011, si se juega, todos y cada uno de los estadios de la NFL se mantuvieran vacíos. Los aficionados también pueden hacer huelga y demostrar a unos y a otros, propietarios y jugadores, que el auténtico espectáculo está en las gradas, que 22 profesionales jugando al football sin nadie animando, se transforman en unos tipos ridículos haciendo el indio; que los asientos sin ocupar demuestran la incompetencia y la falta de escrúpulos de unos propietarios para los que los aficionados son solo un número. Como borregos.
Así que, mi sueño para 2011 es un Wembley vacío. Un estadio mítico que se convierta en un grito de protesta de los aficionados europeos, que somos legión, indignados por el desprecio que estamos sufriendo.
Creo que la NFL y todos sus estamentos, propietarios y jugadores, deben aprender una lección que no olviden en su vida. Yo pondré mi granito de arena. Si viajo a Londres en 2011, no será para ver football americano.