Sin noticias de los diosecillos
Os resumo lo poco que sé seguro:
Muchos jugadores se están bajando del carro. La falta de ingresos causa estragos a los menos previsores. Si el lío evolucionara hacia una huelga de jugadores (que todo es posible), muchos no se sumarían y terminarían claudicando… lo normal.
Muchos propietarios se están bajando del carro. Aquí es menos llamativo, porque la NFL los engloba a todos y habla por todos. A pesar de ello, en los medios locales se ven más sueltos y a veces se lanzan dardos envenenados entre ellos. Como era de esperar, en ambas partes hay fracturas (y facturas)… también lo normal.
Todos los medios estadounidenses se están cebando, y era de esperar, con historias humanas de jugadores retirados que viven situaciones comprometidas por culpa de unos y otros. Ambas partes iniciaron una campaña de imagen cuando comenzó el lockout, pero cuanto más tiempo pasa, más problemas tiene todo el mundo para justificar su actitud. Ah, y como no hay noticias deportivas, abundan informaciones sobre asuntos turbios. Detenciones, juicios, embargos, drogadicción, consumo de sustancias… todo vale. O empieza la actividad cuanto antes o no va a quedar ni un jugador con un currículum limpio de escándalos.
Más fracturas. Algunos jugadores elegibles para el draft no irán al Radio City Music Hall… pero cada vez hay más que van confirmando su asistencia. El mundo real siempre se impone y en él cada uno vela por su propio trasero. Las revoluciones no existen.
Sigo con el draft. En teoría debería ser el más sencillo de pronosticar desde que existe la agencia libre, pero creo que todos los equipos llegarán desconcertados, con la duda de si podrán tapar agujeros con veteranos en las fechas posteriores. Se está hablando mucho de QBs, porque muchos equipos los necesitan desesperadamente, pero sigo convencido de que a todos los que les urge cubrir esa posición, preferirían pujar por Kolb, Orton, McNabb o Palmer y no ponerse en manos de los dudosos novatos que aporta el draft de este año en esa posición.
Solo hay un ‘no cambio’ que me ha disgustado. Se refiere al criterio de clasificación para playoff. La eliminación de los Saints por parte de los Seahawks ha calmado los ánimos, aunque parece que varios propietarios quedaron bastante descontentos de que no se tomara ninguna medida. Parecía bastante probable que los equipos con mejor récord pudieran jugar como locales, pero al final se desechó la idea. Y que conste que sigo pensando que es un gravísimo error y un tremendo agravio comparativo.
Muchos seguís siendo optimistas. Entre otros, Manolo Arana, que ayer me tuvo al teléfono casi una hora contándome una confabulación incomprensible según la cual es radicalmente imposible que no haya liga. A mí me sigue pareciendo que no hay ningún motivo para el optimismo. Ah, Manolo me envía recuerdos para todos. Espero que muy pronto se anime a escribirnos algo.
Poco a poco me estoy quedando sin nada que contar. Estirando el chicle he llegado hasta primeros de abril, pero o pasa algo o en pocos días tendré que empezar a contaros aventuras ciclistas. En los últimos días he subido a la Morcuera dos veces. La primera empezó con un día precioso, sin una nube. Salí con ropa de verano y me cayó una granizada en la cima. La segunda hacía un día horrible, con el cielo negro. Salí con ropa de invierno, llovió a lo bestia durante toda la ascensión… y me cayó otra granizada en la cima. Conclusión: da lo mismo el día que haga, en la Morcuera siempre graniza.
Hablando de aventuras ciclistas, os confirmo algo que ya os conté: el 7 de mayo, salvo causa mayor, subiré del tirón todos los puertos de la Cuerda Larga de Madrid: Collado de los Pastores, Nava, Maliciosa, Barranca, Navacerrada, Bola del Mundo, Morcuera y Hueco de San Blas. 190 kilómetros y más de 5.000 metros de desnivel, casi todo por caminos. Si alguno de los ciclistas que visitan este blog se quiere venir, que lo diga. Parece que hay algún intrépido que se está animando a acompañarme, así que seguramente habrá fotos. Para finales de agosto estoy preparando la vuelta a Picos de Europa en un día, con incursión a los Lagos de Covadonga y a Sotres, para contentar a los mitómanos. Que nadie diga que no avisé con tiempo.