Primera jornada de los Campeonatos de España en sala y primer balance forzosamente apresurado: de los once campeones del sábado siete lo fueron con mejores marcas que los vencedores en 2010. Una comparación positiva, que hay que matizar: han sido las chicas las que han empujado de lo lindo en este aspecto, porque en cinco de las seis especialidades femeninas los oros de Valencia 2011 fueron de más quilates que los de Valencia 2010. La excepción fue Ana Torrijos, que entonces ganó las vallas con 8.20 y ahora sólo ha necesitado 8.37. Entre los hombres el panorama es muy diferente: de las cinco finales del sábado, sólo dos (longitud y peso) ofrecieron mejores resultados que hace doce meses. Hubo empate en 60 metros: el rey de la velocidad del año pasado fue Ángel David Rodríguez y el de ahora Iván Mocholí, en ambos casos con 6.69.
Habrá que completar la comparación cuando el Nacional termine, aunque ya se sabe que en atletismo las matizaciones son infinitas. Por ejemplo, las carreras de mediofondo no se miden sólo por los registros que se consiguen, sino por la emoción que deparan. Emoción que esperamos el el cierre del Nacional en 800 y 1.500 metros masculinos, fundamentalmente, con atletas que aspirarán a medallas en el Europeo de París. Y el nivel de todas las pruebas no sólo se refleja en las finales, sino en lo que pasa en las cribas previas.
Ayer me gustó mucho Eusebio Cáceres, como siempre. Pero me preocupa su lesión. Veremos cómo evoluciona. En París será candidato a medalla si está en plenitud. El chico de Onil es un fuera de serie, que me recuerda a Yago Lamela. Me gustó, también, Borja Vivas, desde luego, pero en la comparación con el abuelo Manuel Martínez no sale beneficiado, por el momento, porque la sombra del leonés es larga y ancha. Pero Borja tiene camino por delante.
Entre las chicas, me rindo ante la superioridad y hegemonía casi ya histórica de Ruth Beitia y de Naroa Aguirre, con diez títulos consecutivos para una y siete para otra, a los que hay que añadir los que la guipuzcoana logró en 2000 y 2003. Y me rindo, claro, ante Bárbara Hernando, protagonista del único récord español del sábado, con sus 4.381 puntos en pentatlón, que la colocan novena del ránking europeo (y mundial) de la temporada. Hizo estos parciales: 8.58 (60 metros vallas), 1,72 (altura), 13,08 (peso), 6,14 (longitud) y 2:16.22 (800 metros).
Desbancó a María Peinado, un encanto de chica que cantaba como una profesional. No se me olvidará nunca su actuación en una Gala del Atletismo de hace ya algunos años, a capella, todos a escuras menos ella, iluminada por un foco único, vestida de negro. Impresionante, de verdad. Hay gente que se gana la vida cantando profesionalmente y no le llega a los zapatos a la ahora ya ex plusmarquista nacional. Por cierto, que ambas han tenido a la misma maestra (en las pruebas combinadas, me refiero): Manoli Alonso. La entrenadora perdió ayer un récord... pero conquistó otro.
