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Packers-Steelers: radiografía de las defensas


Muchos me habéis asegurado que el análisis que más os apetecía leer era el de las dos defensas. Creo que os decepcionaré. En realidad solo voy a hablar de una defensa. ¿Para qué me voy a molestar en compararlas si son exactamente iguales? Como dos gotas de agua. Ah, y también tienen el mismo padre. Seguro que os suena. Se llama Bill Cowher.

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Cowher fue entrenador principal de los Steelers entre 1992 y 2006. Dick LeBeau, coordinador defensivo de los Steelers en dos periodos: 1995-1996 y 2004-2010. Sin olvidar que también fue el entrenador de secundarias del acero de 1992 a 1994. Dom Capers, coordinador defensivo de los Steelers entre 1992 y 1994 (coincidiendo con LeBeau). Coordinador defensivo de los Packers los dos últimos años.

El milagro que ha hecho Capers, transformando la clásica 4-3 de los Packers para convertirla en tiempo récord en una 3-4 tan dominante como la de los Steelers, pasará a la historia. Es más, creo que después de lo sucedido esta temporada, en que las defensas han recuperado el protagonismo después de una temporada 2009 dominada por los ataques y los pistoleros, comenzará en la NFL una fiebre por las formaciones 3-4 que se extenderá aún más, hasta convertir las 4-3 en algo marginal.

Cowher, y de alguna manera Belichick, resucitaron las formaciones 3-4, cuando parecían olvidadas, y ahora se han convertido en las auténticamente dominantes. De los cuatro equipos que llegaron a las finales de conferencia, solo uno jugaba 4-3. Esa excepción era Chicago, que posiblemente sea el último equipo que aguante hasta el final con un esquema que para ellos es casi una seña de identidad.

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No hace falta que os explique aquí lo que es una 3-4. En realidad se puede definir como un puñetero dolor de cabeza (de esos que provoca la gripe). Las líneas ofensivas se encuentran con siete tipos que cambian de posición permanentemente y se convierten en imprevisibles. Todos entran en blitz, todos salen en cobertura. Las defensas 3-4 intentan tener la iniciativa en cada snap, pero exigen una disciplina extraordinaria. Además, al partir de sólo tres jugadores en la línea, hay hasta ocho jugadores en cobertura zonal. Los QBs sudan sangre para encontrar una ruta de pase.

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Su jugador clave, la columna sobra la que se cimenta todo el edificio, es el nose tacke. Un tipo que es capaz de hacer sin ayuda el mismo trabajo que hacen dos defensive tackles en una 4-3. Encontrar a alguien así no es nada sencillo. Solo hay que recordar el miedo escénico que sintió Haynesworth, quizá el mejor defensive tackle de la NFL, cuando le dijeron que en Washington tendría que jugar como nose tacke. Incluso ha puesto en peligro su carrera.

Gran parte del éxito de las defensas de Steelers y Packers es la inmensa calidad de sus dos NT. Casey Hampton y B.J. Raji son auténticos bulldozer que vuelven locos a los gards y al center de sus rivales. Pero ambos también son una muestra de que los grandes jugadores dentro de una posición tan especializada pueden tener características muy distintas. Mientras que Hampton carga con la responsabilidad de cerrar el paso a cualquier intento de carrera, Raji es más aficionado a atravesar la línea en busca del quarterback.

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Los defensive ends de ambos equipos también son sobresalientes. Es impresionante la facilidad de Jenkins (GB) para cazar QBs, aunque también se beneficia, y mucho, de que las líneas ofensivas rivales deban reforzar su lado derecho para evitar las embestidas de Matthews. Quedaos con esos dos nombres: Jenkins y Matthews. Llevan toda la semana soñando con volver a romperle la nariz a Big Ben. Y lo más curioso es que Jenkins sigue estando cuestionado y es el que pierde el puesto cuando la formación pasa a convertirse en 2-5 e incluso en 1-6, algo muy habitual en Green Bay en segundos y terceros downs.


En los Steelers el peso de la caza recae sobre los linebackers exteriores. Woodley y Harrison son muy agresivos y creo que el interés mediático que han causado las multas al segundo, por exceso de violencia, han provocado que no se tenga en cuenta a Woodley como se merece: mala bestia absoluta. Todos esperamos que sea Harrison el que intente sacar del partido a Aaron Rodgers, pero no me sorprendería que el dudoso honor pudiera recaer sobre Woodley. Además ambos son muy rápidos rectificando sobre la marcha. Aunque entren en blitz, Rodgers no tendrá fácil escapar corriendo en roll out como tanto le gusta.

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Antes os decía que Hampton suele contener más la carrera desde el NT para los Steelers, mientras que a Raji le encanta entrar a saco y eso también afecta a la forma de jugar de los linebackers interiores. Tanto Farrior y Timmons en los Steelers, como Hawk y Bishop en los Packers, son infalibles defendiendo el juego terrestre (impresionante la temporada de Bishop sustituyendo al lesionado Nick Barnett), pero mientras que los de Pittsburgh se prodigan en la búsqueda del QB rival, los de Green Bay dejan ese trabajo a Raji. Ambas maquinarias son perfectas, y aprovechan al máximo las virtudes de todos sus jugadores. Como decía al principio, se parecen muchísimo, pero tienen personalidades muy distintas.

Donde hay más desequilibrio es en la secundaria, pero tampoco tanto como están diciendo algunos. Los Packers tienen un lujo en Woodson, un killer en Williams y un gran jugador de futuro en Shields. Evidentemente, forman un grupo de corner backs mucho más potente que el de los Steelers. Ike Taylor y McFadden (que en mi opinión ha hecho mucha mejor temporada de lo que dicen a pesar de arrastrar una lesión) son jugadores seguros, pero sin capacidad para conseguir grandes jugadas. Mientras que Woodson o Williams pueden darle la vuelta al partido en cualquier instante, los cornerbacks de Pittsburgh necesitan algo más.


Antes de seguir, quiero recalcar que Big Ben es un tipo dificilísimo de interceptar. Sólo le han robado la cartera en cinco ocasiones este año y, casi siempre, en jugadas de mucho riesgo asumido. Rodgers tampoco rifa balones, pero sí que ha jugado desconcertado en algunos momentos cuando no ha sido capaz de interpretar la defensa rival (sobre todo en los partidos en los que el backfield no le ayudó). En la Super Bowl no será fácil ver intercepciones, salvo que alguno tenga que correr muchos riesgos por la diferencia en el marcador.

Además, los dos ataques son expertos en ese tipo de defensas, así que saben muy bien cómo romperlas.

En los safeties ambos equipos tienen un killer. Collins en Green Bay, Polamalu en Pittsburgh. Pero el samoano está mejor acompañado que Collins. Ryan Clark es un gran free safety mientras que Peprah tal vez sea el peor back de los dos equipos. Por eso, Shields le está quitando el puesto en los últimos encuentros.

Si nos fijamos, ambos conjuntos tienen jugadores clave en casi las mismas posiciones y su filosofía es similar. Pero mientras la 3-4 de los Steelers es más clásica, la de los Packers adopta formaciones muy novedosas que pueden revolucionar el football en los próximos años. También los Patriots, y los Jets en menor medida, han comenzado a entrar por esa nueva senda. Pero no voy a profundizar más en ello porque Manolo Arana me ha prometido una previa en la que explicará, como nunca habéis leído, en qué consisten esas novedades.


Para acabar, unas líneas para los equipos especiales. Entre nosotros, son un cagarro. Suisham y Crosby son dos kickers capaces de meter field goals imposibles… y de fallar los más sencillos. Se les encogerá la pierna, seguro, si su equipo depende de ellos para ganar. De los retornadores tampoco se puede decir demasiado y a veces me pregunto qué ha sido del antiguo Randle El. Kapinos y Masthay tampoco son dos punters de la élite, pero éste último ha jugado como los ángeles en los últimos partidos consiguiendo, él solo, ganar la batalla territorial durante todos los playoff de los Packers. Quizá Masthay, si continúa enrachado, pueda ser uno de los jugadores clave de la Super Bowl.