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AO, Día 11: Djokovic vuelve a dejar a Federer sin final

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Tomás de Cos

Un superlativo Djokovic alcanzó la segunda final del Abierto de Australia de su vida tras superar a Federer en tres reñidas mangas: 7-6(3), 7-5 y 6-4. El serbio, que firmó un partido intachable, disputará su segunda gran final consecutiva tras caer con Nadal en la del pasado US Open. Por cierto, que esta derrota aleja a Federer de Nadal otros 1.280 puntos y dejaría al serbio, en caso de victoria final, soplándole el cogote. Y otro dato significativo más: el de Melbourne será el cuarto Grand Slam consecutivo sin Roger como campeón –ni siquiera finalista- en los últimos ocho años. Desde Wimbledon 2003 al menos había ganado uno de cada cuatro disputados. El decimoséptimo ‘grande’ deberá esperar.

El campeón de 2008 dio una lección de tenis agresivo y mentalidad ganadora. ‘Nole’ se mostró intratable desde la línea de fondo. Sin ceder un metro. Golpeó duro, largo y con peso, mayoritariamente sobre el revés de Federer. Siguió la vía Nadal en su escalada hacia el éxito, lo que le abrió la posibilidad de invertirse para hacer estragos con su poderosa derecha. Casi siempre llevó el peso de los intercambios, duros e intensos, con una solidez brillante y una movilidad eléctrica.

El primer set se decidió en el tie break. Mientras Federer se tensó y se limitó a esperar el fallo de su rival, el de Belgrado obtuvo justo premio a su mayor agresividad y determinación y se impuso por 7-3.

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Otra historia bien distinta fue la segunda manga, que concentró la mayor carga emotiva del duelo. Djokovic tomó ventaja pronto (2-1) y Federer cambió de estrategia. Sacó todo su abanico de golpes y apostó por acortar los puntos y llevar la voz cantante. El balcánico tardó en adaptarse al cambio y, en ese periodo de confusión, Roger le endosó un parcial de 4-0 que parecía sentenciar el set (2-5). Pero fiel a sus costumbres, se relajó tras el esfuerzo y lo pagó caro.

El balcánico reaccionó, poniendo un plus de movilidad y agresividad, que le permitieron llevarse el segundo asalto tras sumar cinco juegos seguidos (7-5). Cuando el de Basilea quiso cerrar al servicio con 4-5, ni el revés ni su mejor golpe carburaron. La tensión volvía a maniatar la naturalidad de sus movimientos. Mazazo psicológico de Djokovic, que lo celebró con furia junto a su equipo.

Federer volvería a intentarlo en el tercero. Casi por inercia, autoestima y vergüenza torera. Con más voluntad que clarividencia. Y de nuevo al verse a remolque tras una tempranera rotura de saque. Para ese entonces, la fatiga física y mental era un lastre difícilmente soportable. Y aunque su afán de lucha le permitió volverse a meter en el partido (4-4), la mentalidad ganadora del serbio abortó el milagro.

Djokovic jugó con un 69% de primeros, de los que aprovechó el 73% para ir llenando la mochila. El suizo, por el contrario, se ahogó en sus 44 errores no forzados, 26 de ellos cometidos con el revés. El campeón de la pasada Copa Davis se medirá con el ganador del encuentro entre David Ferrer y Andy Murray. Y mientras Nadal, de regreso a casa con una rotura de fibras.

Clijsters-Na Li, final femenina

Hoy quedó definida la final del cuadro femenino. La china Li Na derrotó a la número uno, Caroline Wozniacki, tras salvar un punto de partido (3-6, 7-5, 6-3) y Clijsters concedió dos juegos más a la rusa Zvonareva respecto a la final del último US Open (doble 6-3). La alfombra parece estar ya preparada para el desfile triunfal de la belga.