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AO Día 10: Ferrer se medirá con Murray en semifinales

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Tomás de Cos

El partido más interesante del Abierto de Australia para los aficionados españoles apenas duró dos juegos. En ellos hubo un tenis lleno de potencia, intensidad, ritmo, con puntos largos y espectaculares. Y con un jugador especialmente entonado: David Ferrer. Tenis con mayúsculas, con el sello de denominación de origen España, incansable fábrica de tenistas. Pero se quedó en eso, en amago de partido grande desvirtuado por una lesión de Rafa Nadal. Una rotura en los isquiotibiales de su pierna izquierda, según dijo Toni Nadal tras el choque, que impidió al número uno seguir aspirando a sumar su cuarto ‘grande’ consecutivo.

Será por tanto Ferrer, que apeó al campeón de 2009 en tres sets (6-4, 6-2 y 6-3), el encargado de plantar cara a Andy Murray en la penúltima ronda del torneo australiano. Porque pese a la tímida reacción de Nadal en el primer set, cuando David mandaba en el marcador por 4-1, nunca hubo partido. La cara de Nadal reflejaba sufrimiento y contrariedad conforme Ferrer castigaba a su amigo de forma inmisericorde. Con respeto y deportividad. El alicantino incluso cambió su táctica inicial. Pasó de construir el punto sobre el revés del balear para cerrarlo por la zona abierta de derecha, a tirotear su drive. Ahí encontró un gran filón el alicantino, que acabó con una notable cifra de 44 golpes ganadores y un 51% de puntos ganados al resto.

Nadal, impotente, ni siquiera intentó un plan B. Podía haber tratado de acortar los puntos, huyendo premeditadamente de los peloteos. Pero o no supo, o no pudo (es muy difícil jugar con la movilidad mermada) o no quiso. Se limitó a luchar con dignidad y no afear el triunfo de su compatriota. Tampoco quiso felicitarle antes de tiempo. Detalles todos de gran campeón, a los que David supo corresponder en su charla con el mítico Courier finalizado el encuentro.

Murray despertó del sueño a Dolgopolov

Antes, Murray acabó con la gran revelación del torneo por 7-5, 6-3, 6-7(3) y 6-3. El finalista de 2010 dominó al tenista más impredecible del circuito gracias al servicio –ganó el 75% de los puntos jugados con primer saque y el 61% con el segundo- y la solidez desde la línea de fondo. Y tiró de experiencia para sacar partido de los 77 errores no forzados de su rival. Su inteligencia táctica le permitió no ser desbordado y maniatar la genialidad de Dolgopolov, que aún así sumó 57 golpes ganadores.

La reacción de Dolgopolov llegó en la tercera manga, que se anotó en el tie break, pero no le dio para continuar su racha ganadora tras sus grandes victorias sobre Jo Wilfried Tsonga y Robin Soderling. Pecó de conformista y se paró al inicio del cuarto set, lo que aprovechó el escocés para endosarle un parcial insalvable de cuatro juegos a cero.

Mañana, Djokovic-Federer, a las 09:30 horas

El suizo y el serbio, números dos y tres de la ATP, buscan mañana un puesto en la gran final (Canal + Deportes y AS.com). Duelo de campeones en Melbourne Park. El tetracampeón Federer domina 16-3 al vencedor de la edición 2008. Pero ‘Nole’ apeó a Roger de las semifinales del pasado US Open. El morbo está servido.

Clijsters-Zvonareva y Wozniacki-Na Li, semifinales femeninas

No hubo sorpresas en los cruces de cuartos de final femeninos. La renacida tenista belga despidió a la polaca Agnieska Radwanska, en dos mangas (6-3 y 7-6) y la potente rusa eliminó a Petra Kvitova por un contundente 6-2 y 6-4.

La jornada del jueves verá la disputa de las dos semifinales del cuadro de damas. Abren la sesión matinal la danesa Wozniacki y la china Na Li (03:30 hora española) y a continuación se verán las caras Clijsters y Zvonareva.