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Steelers-Jets (La previa)

Actualizado a


Dani Hidalgo me contó ayer que el club de fans de los Redskins ya había tomado partido para los enfrentamientos del domingo. Como me imaginaba, desean la muerte lenta, a ser posible dolorosa, de los dos supervivientes de la Nacional. “Después de los Redskins solo está la nada”. Durísimas pero ilustrativas declaraciones. Pero cuando le pregunté por su favorito de la Americana me respondió con un comentario enigmático: “Mariano, todos los miembros del club nos reuniremos el sábado en mi casa para ver “The Longest Yard” (Rompehuesos, 1974) y hacer piña con nuestro favorito”.

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No se si habéis visto Rompehuesos. Es una película indispensable, protagonizada por Burt Reynolds, que como algunos sabréis, fue jugador de Florida State y apuntaba a gran estrella hasta que se destrozó la rodilla. El filme trata sobre una estrella del football americano que acaba en la cárcel por robo y entrena a un grupo de reclusos para que se enfrenten al equipo de los carceleros. Se han hecho varios remakes, pero ninguno se acerca al pedazo de peliculón que verán Dani y su panda. Al principio me desconcertó la respuesta, pero no tardé demasiado en darme cuenta de que la peña Redskins había entregado su corazón a los Jets.

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Lo de los Bengals es triste. Ni siquiera consiguen ser el equipo con más camorristas de la NFL, y mira que lo intentan. Los Jets les ganan de calle. Os presento a los Rompehuesos:

Santonio Holmes (WR titular)

2006: Conducta escandalosa. Pagó una multa para evitar la cárcel.

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2006: Violencia doméstica y agresión.

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2008: Posesión de Marihuana.

2010: Caso actualmente abierto. Una mujer, Ashonae Mills, le acusó de haberle lanzado una copa de champán que impactó sobre su frente y le abrió una brecha sobre su ceja derecha.

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2010: En el aeropuerto de Pittsburgh, fue expulsado de un avión por negarse a apagar su Ipod. Al final evitó los cargos tras dialogar con la policía.



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Braylon Edwards (WR titular)

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2008: Arrestado por conducir a 195 km/h en una zona de 105 km/h.

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2009: Agresión a Edward Givens, amigo de Lebron James, en una discoteca de Cleveland. James criticó luego públicamente a Edwards.

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2010: Conducía ebrio.

Edwards sigue en libertad condicional.

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Antonio Cromartie (CB titular)

2009: Pasa dos días en la cárcel por romper una botella de champán sobre alguien en bar de San Diego, mientras celebraba la primera plaza de los Chargers en la AFC West.

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2010: Los Jets le tienen que prestar 500,000$ para que evitara ir a la cárcel por no pagar deudas de manutención a ocho mujeres que viven en seis estados distintos.

Marcus Dixon (Segundo NT)

2003: Violó y agredió a una mujer en un caso muy mediático. Tanto que, tras 2 años de prisión, Dixon compareció en el programa de Oprah para explicar su versión de los hechos. Dixon tuvo que pagar 130,000$ para acortar su sentencia.

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Shaun Ellis (DE titular)

2003: Agresión por romper un vaso sobre la cabeza de una mujer. ¿Qué obsesión con romper vasos y botellas, no?

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2008: Posesión de Marihuana. Iba conduciendo sin seguro de coche y sobrepasando el límite de velocidad.

Calvin Pace (LB titular)

2009: Consumo de substancias prohibidas por la NFL y los EE UU.

Bart Scott (LB titular)

En su infancia tuvo que pasar por un correccional juvenil en dos ocasiones. Sin embargo, pese a ser un jugador polémico en sus declaraciones y gestos, ha sido un ejemplo a seguir para el guetto del que proviene.

Os enlazo un vídeo con su famoso incidente del pañuelo amarillo.

 

James Ihedigbo: (Segundo SS)

2007: Agresión y conducta escandalosa.

Os enlazo otro vídeo con un incidente que le costó una multa de $5,000 en 2009:

 


Hasta Fireman Ed (Ed Anzalone) tiene antecedentes.

El aficionado más emblemático de los Jets ha tenido problemas con la ley y en 2010 estuvo unos días en una cárcel por agredir a un aficionado de los Giants.

Este debe ser el partido más odiado por Goodell. Se enfrentan los que pegan más duro con los que más calientan los partidos. Un buen grupo de delincuentes, apestados, antisistema e insurrectos se darán cita en el cruce de los tres ríos para una pelea callejera pactada. Aquí no cuenta la política ni las relaciones públicas. Todos se apuntan con alegría al mamporro y la palabra gruesa. Ya que estamos, uno de vosotros me contaba en twitter que el Patriots-Jets ha sido el partido de playoff con mejor rating de audiencia de la historia y que las declaraciones previas al partido tuvieron gran parte de culpa. Todo lo que rodeó al partido fue divertido, algo que se echa de menos en la NFL actual. Como veis, no soy el único que piensa que la espontaneidad debe regresar a todos los ámbitos del deporte cuanto antes. ¡Fire Goodell!

Hasta ahora todos se habían mantenido bastante calladitos esta semana. Incluso en el otro partido Rodgers y Cutler han tenido un empalagoso cruce de comentarios que debió haber terminado con un beso con lengua, pero Ike Taylor abrió ayer las hostilidades dialécticas: “Dejo de lado mi amistad con Santonio Holmes. No voy a necesitar ni un segundo para tirarle por lo suelos. ¿Sabes por qué? Porque él no dudará en hacer lo mismo. Voy a ser lo más irrespetuoso posible una vez dentro del campo".

Hale, ¡Alegría!


Tengo el corazón dividido. No se que amotinados me gustan más, los de amarillo o los de verde. Ya os he contado que mi sueño es que Sanchez sea baja y Mark Brunell resurja de sus cenizas a los 40 años, cojo desde hace una década, pero siempre genial, para escribir una de las historias más épicas de la historia del deporte y conquistar el anillo. Pero como se dice vulgarmente, terminaré por despertar para descubrir que he mojado las sábanas.

Los de Pittsburgh son favoritos, pero los Jets ganaron el 19 de diciembre en el Heinz Field en un partido igualadísimo. El clima fue muy similar al que se espera: frío intenso, nieve, ventisca. Un mes después, mismo estadio y mismos protagonistas. Corrijo, los mismos no. Troy Polamalu fue baja contra los Jets en temporada regular. Los aficionados del acero no tienen dudas de que el ‘Factor Polamalu’ será el que marque la diferencia.

Yo espero un duelo carcelario. Trabado, marrullero, subterráneo y táctico. Habrá puñaladas traperas y encerronas en los baños. Una noche entre rejas. Y, sinceramente, no se por donde saldrá ninguno de los dos equipos. Hace un mes los Steelers apostaron por darle el balón a Big Ben. 44 intentos de pase; 23 completados. Solo 17 oportunidades para Mendenhall. 99 yardas y un touchdown. ¡Me queréis hacer caso de una maldita vez! ¡Vais a darle el balón a Rashard! ¡Es que estáis ciegos! ¡Es que no os dais cuenta! De verdad, lo segundo que más deseo, si no se cumple mi sueño con Brunell, es que el RB de los Steelers sea premiado con el MVP de la Super Bowl. Estoy convencido de que él es la llave para abrir la defensa de los Jets.

Pero lo mismo me sucede con el ataque visitante. En el primer partido estuvo muy balanceado, pero Tomlinson y Shonn Greene pueden ser el arma secreta de Ryan. Steelers y Jets tiene la primera y la tercera mejor defensa contra la carrera de toda la NFL, pero yo insisto en que ambos son equipos que deben ser destruidos por tierra. El que primero renuncie a correr será el primero que ceje, y se volverá previsible.


Big Ben es especialista en peleas de bandas, y es un cabecilla de patio de cárcel. Será muy difícil que los Jets puedan emboscarle en el backfield como hicieron con Brady. Pero él si puede, en un ataque de chulería pandillera, comerse alguna intercepción que decida la pelea. ¿Volverá a emparejarse Revis con Ward? ¿Se centrará en Mike Wallace? Haga lo que haga, Antonio Cromartie tendrá que jugar tan bien como en Boston. En las luchas de bandas se aprovecha el primer signo de debilidad, la primera mirada gacha, la mínima cobardía, para robar la cartera, o arrancar la vida.

Y ese es mi miedo. Mark Sanchez es un chuleta latino. Un joven sin antecedentes que quiere ganarse prestigio entre los jefes más curtidos. Tal vez vuelva ser el chico obediente de la semana pasada, pero quizá decida tomarse la justicia por su mano. Si lo hace, Polamalu y sus secuaces le destrozarán y él terminará en la cárcel, con esa cara de niño apaleado que tan bien conocemos. Rex Ryan es muy precavido y en los últimos partidos le está funcionando el nuevo Sanchez de perfil bajo. No creo que se salga de ese guión, aunque conociéndole…

Voy a apostar por la sorpresa, por el milagro Brunell, por la revolución Ryan. Ganarán los Jets por uno, dos o tres puntos de ventaja. Pero confieso que tras esta apuesta se esconde el deseo malicioso de escuchar a Tyrannosaurus Rex lanzarse al ruedo soltando la mayor machada de todos los tiempos. Sueño cada noche con el entrenador del equipo de Flash Gordon garantizando la victoria pocos días antes de la disputa del gran partido de Dallas. ¡Rex, garantízala! Pero eso merecerá otro artículo si los Jets ganan.