Thomas Bach, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y que dirige su Comisión Legal, ha confirmado en Lausana que aquellos deportistas que hayan sufrido una sanción por dopaje de más de seis meses no podrán competir en los siguientes Juegos. La Comisión de Atletas del COI, que preside mi admirado Frank Fredericks, surafricano negro acreditado en 9.86 y 19.68 en 100 y 200 metros y que tiene aún el récord mundial indoor de esta última distancia en 19.92, se ha manifestado también rotundamente a favor de esa medida, conocida como Regla Osaka.
Paquillo Fernández ha anunciado que irá a los tribunales para que se recononozca su derecho a competir, porque, de lo contrario, se sentiría doblemente sancionado. Creo que el granadino no tiene razón. El COI ya ha explicado que esta prohibición es un problema de eligibilidad, no de prolongación de un castigo. El matiz es muy importante. "El Comité Olímpico Internacional es el que gobierna los Juegos y pone las condiciones para competir en ellos", ha dicho Bach.
La Regla Osaka se conoce por este nombre porque comenzó a gestarse en esa ciudad japonesa, con motivo de los Campeonatos Mundiales de Atletismo de 2007, precisamente a instancias de la Federación Internacional de este deporte. Se aprobó en junio de 2008, en Atenas, y entró en vigor al mes siguiente, sin efectos retroactivos. Es decir, que afectaba sólo a los deportistas que sufrían una sanción superior a seis meses de ese momento en adelante.
Además de a Paquillo, afecta, entre otros, al estadounidense LaShawn Merritt, oro olímpico en Pekín 2008 y mundial en Berlín 2009 en los 400 metros vallas, que también ha anunciado con recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), en sus siglas en inglés), algo así como el Tribunal Supremio del Deporte.
Una norma similar existe ya en el Comité Olímpico Británico: toda persona relacionada con el deporte (no sólo deportistas, sino entrenadores y médicos, por ejemplo) que hayan tenido relación con el dopaje quedan excluidos de los equipos olímpicos. Un ejemplo significativo es el del velocista Linford Christie, actualmente técnico.
A mí la norma no me parece mal, porque todo lo que se haga para luchar contra el dopaje es poco y las medias tintas se han mostrado más que insuficientemente hasta el momento. Y lo que me parece una ironía de primera magnitud es que alguien como Paquillo, que ha confesado públicamente tener sustancias dopantes en su casa, algo absolutamente prohibido, recurra ahora a los tribunales clamando justicia. Está en su derecho, desde luego, pero...
Por cierto, que en la lista de atletas castigados por la IAAF, que se puede consultar en su página web, Paquillo sigue como sancionado desde el 11 de febrero de 2010 al 10 de febrero de... 2012. No un año, sino dos.
