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Eagles-Packers (La previa)

En teoría este es EL PARTIDO del fin de semana. Vick contra Rodgers. Un jugador renacido contra otro llamado a marcar una época, la anarquía contra la ortodoxia, la improvisación contra la improvisación, genialidad contra genialidad, ambición contra ambición… Dos genios frente a frente en un partido de locura que ningún buen aficionado puede perderse.

Yo he descubierto a Vick esta temporada. En realidad creo que él mismo se ha descubierto en los últimos meses. Pero más allá de su capacidad para hacer cosas imposibles para la mayoría de los mortales, creo que detrás hay un trabajo increíble de Andy Reid, un entrenador que merece coronar una impresionante trayectoria con el trofeo Vince Lombardi. Dicho lo cual, estoy volviendo a bajarme poco a poco del carro de los perdidamente enamorados de Vick, como hice ya hace años, y esto merece una explicación más larga.

Si me dijeran a qué jugador prefiere ver la mayoría en estos momentos diría que a Vick. Si me preguntaran quien es el jugador ideal para exportar la NFL a los cinco continentes también nombraría a Vick. Vick es puro espectáculo, es la victoria sobre las leyes de la física, es lo más parecido a un x-men que he visto en mi vida… pero Vick no es perfecto. Algunos domingos parece un jugador nuevo, pero en otros vuelve a ser un calco de aquel tipo espectacular y divertido de antaño, pero plagado de carencias, desconcertado durante muchos momentos, ingenuo y culpable de errores infantiles. También pienso que Vick está reviviendo el efecto sorpresa que le convirtió en estrella a los pocos partidos de debutar como profesional. En 2010 nadie le esperaba. Los equipos se habían preparado en pretemporada para jugar contra unos Eagles en reconstrucción y dirigidos por Kolb. De pronto llegó el huracán Vick y pilló a todo el mundo por sorpresa. Durante su etapa en Atlanta fue, poco a poco, sufriendo más y más según sus rivales fueron encontrando la forma de contrarrestarle. Con el tiempo se encontró en un callejón sin salida. No digo que ahora le vaya a suceder lo mismo (el Vick de 2010 es mucho mejor, está mejor dirigido desde la banda y tiene alrededor mejores armas globales de las que tuvo nunca en Atlanta), pero pienso que no es un jugador imparable, que es bastante irregular, y que muy pronto alguien encontrará la forma de desactivarlo. La duda es si esa desactivación sucederá en estos playoff.

Así que vuelvo a preguntarme si de verdad Vick es el futuro de estos Eagles, teniendo en cuenta que cada vez sufre más lesiones y que el potencial físico, su auténtica gran arma, debe comenzar la cuesta abajo en poco tiempo. Pienso que Vick seguirá siendo letal mientras Andy Reid siga moldeándole con la habilidad del último año y medio, pero también creo que los Eagles no deberían descartar a Kolb como su QB titular en un plazo más corto de lo que pueda parecer.

Dicho todo lo anterior en muchas ocasiones he escrito que Vick nunca podrá ganar un anillo de la NFL y, sin embargo, ahora rectifico y pienso que esta es su oportunidad y que nunca lo tendrá tan fácil como ahora que sigue siendo un factor sorpresa muy difícil de contrarrestar.

Pero Vick no lo es todo en esta vida. Quizá nos estemos olvidando de que DeSean Jackson, Jeremy Maclin, Jason Avant y Brent Celek forman el mejor grupo de receptores que nunca ha tenido a sus órdenes y que LeSean McCoy es un corredor todo terreno que se compenetra muy bien con él. Quizá lo peor del equipo sea una línea ofensiva que es un auténtico coladero a pesar de contar con Jason Peters. 50 sacks y 94 golpes permitidos al QB la convierten en un auténtico desastre. Vick es capaz de triunfar en condiciones tan adversas, pero sería muy difícil que un QB clásico como Kolb pudiera sobrevivir en una atmósfera sin aire.

La defensa se desvía ligeramente de lo que ha sido tradicional con Andy Reid. El entrenador casi siempre había conseguido montar defensas agresivas, muy rápidas y casi infranqueables. En la última década la defensa de Philadelphia casi siempre ha estado entre las mejores de la NFL. Este año han seguido siendo agresivos y muy rápidos, pero han tenido más éxito consiguiendo grandes jugadas que evitando que sus rivales movieran el balón. Asante Samuel, Dimitri Patterson, Quintín Mikell y Kart Coleman forman una secundaria de alto copete y estoy deseando ver a Aaron Rodgers medirse contra ella. 23 intercepciones conseguidas quitan el hipo a cualquiera… aunque las 24 firmadas por los Packers también deberían provocar sudores a Vick.

Presionan al QB como se hace con las defensas 4-3 en la NFL moderna. Los dos defensive end, Juqua Parker y, sobre todo, Trent Cole, entran como misiles en busca del QB rival; y los dos lo hacen con mucho éxito. Tienen más problemas con los linebackers. Stewart Bradley se ha vuelto a lesionar y creo que durante toda la temporada han añorado a Witherspoon y Jeremiah Trotter. Los Eagles pueden estar a un salto de calidad en el grupo de linebackers de recuperar la gran defensa que marcaba la diferencia en la conferencia Nacional.

Pero, señores, enfrente estará uno de los grandes ladrones de guante blanco de la NFL. Un genio capaz de robar las joyas de la corona sin dejar ninguna pista. Lo que más me ha gustado de los grandes QBs siempre ha sido verles leer defensas. Genios como Brady o Peyton Manning son capaces de ubicar a cada uno de sus receptores en cada jugada antes de lanzar el balón y Aaron Rodgers también forma parte de ese club de visionarios que viven cada snap como si el mundo se ralentizara y tuvieran todo el tiempo del mundo para elegir la mejor opción. Es impresionante verle radiografiar el campo y, sobre todo, pasárselo bomba jugando al football americano. Creo que Rodgers ha heredado de Favre un amor incondicional por este deporte que le obliga a intentar conseguir en cada pase una obra de arte. Sólo las conmociones cerebrales que le acosan pueden evitar que termine siendo un jugador mítico.

Para gustos los colores, ya os he dicho que Vick tal vez sea el jugador más espectacular del momento, y quizá de todos los tiempos, pero me quedo con Rodgers antes que con mil Vick sin dudarlo. Una cosa es rectificar sobre Vick y otra muy distinta renegar del football que me gusta de verdad.

No voy a descubriros a estas alturas que el juego de carrera de los Packers es casi testimonial, pero también me parecería injusto no decir que Brandon Jackson ha hecho un estupendo final de temporada y que el teórico gatito tiene las uñas más largas de lo que parece. Los Patriots ya se llevaron un tremendo susto ante la “inexistente” carrera de Green Bay. No os sorprenda que los de la tundra intentaran sorprender a los Eagles por tierra más de lo esperado.

La línea ofensiva ha mejorado respecto a 2009, pero sigue siendo bastante permeable y Rodgers tiene que buscarse la vida saliendo del pocket en demasiadas ocasiones.

La defensa es demoledora contra el pase pero no tan brillante contra la carrera. Ya hemos hablado en artículos anteriores del milagro que hizo Mike McCarthy reconvirtiendo la tradicional 4-3 a una 3-4 en tiempo récord y con un éxito inesperado en 2009. Este año el modelo ha funcionado aún mejor. Clay Matthews ha enamorado a la NFL y tiene bastantes papeletas para ser elegido mejor jugador defensivo de 2010, pero en ese front seven todo el mundo consigue sacks y los permanentes cambios de formación vuelven locos a los ataques contrarios. Estoy deseando ver si Vick es capaz de superar a la 3-4 de los Packers. Es una formación contra la que no se siente muy a gusto y que le cuesta mucho leer.

De la secundaria ya he hablado brevemente más arriba. Basta decir que Charles Woodson y Nick Collins son dos de sus cuatro jugadores.

¿Qué más queréis que os cuente? Lo único que me queda ya por contar son las horas hasta que comience un partido que a priori, y por si solo, hace que merezca la pena toda la postemporada de la NFL. Como os he dicho en muchas ocasiones, la Super Bowl es, en realidad, la jornada de puertas abiertas de la NFL. Los auténticos aficionados nos damos los grandes festines en las tres eliminatorias previas.

¡Hala, a disfrutar!