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Chiefs-Ravens (La previa)

Uno de vosotros me decía que durante los playoff quería ver vísceras y sangre. Amigo, yo soy de tu misma opinión. Para mí el football americano debe ser una batalla a muerte, pero el señor Goodell ha decidido convertirlo en una especie de esgrima incruento. Así que, lamentablemente, tendrás que aprender a vivir en este nuevo mundo civilizado. En el mes de enero cada partido termina con la eliminación de un equipo, pero ya no debes hablar de combates a muerte, vísceras, amputaciones o agresividad extrema. Eso está muy mal visto. Ahora todos debemos contemplar cómo un grupo de buenos amigos salen al campo a divertir a niños y grandes. Así es la vida.

De todas maneras, todavía nos queda una pequeña esperanza a los que creemos en la NFL ‘preGoodell’. Aún sobrevive alguna aldea poblada por irreductibles que resisten al invasor. En Baltimore se encuentra uno de esos reductos. Pero ¡cuidado!, se enfrentarán a los posibles protagonistas de la historia bonita de estos playoff. Los Chiefs son un equipo que por espectáculo y alma ganadora sería digno heredero de los sorprendentes Cardinals en la postemporada de las dos últimas ediciones.

Curiosamente, quizá sea este el partido en el que habrá más detalles tácticos decisivos. Yo no tengo nada claro quién ganará. He apostado por los Ravens por menos de tres puntos, pero solo para mostrar que no hay un favorito claro. Es el típico choque que podría decidirse por dos jugadas aisladas, o incluso mantenerse con un marcador muy bajo hasta los últimos instantes sin que por ello deje de ser emocionantísimo.

Matt Cassel fue interceptado dos veces en la última jornada y de repente todos los focos se están centrando en Ed Reed, que desde que volvió de su lesión se ha convertido en ‘El Interceptor’ por excelencia de la NFL, pero Cassel sólo ha sufrido siete en toda la temporada, tres más que Brady y dos más que Freeman, así que para mí sería una sorpresa que la secundaria de los Bengals decidiera el partido contra Cassel. Más allá de su lamentable estética o de la poca fuerza de su brazo, Cassel es un QB de sistema, obediente y práctico, capaz de arrastrar a sus compañeros y que, sin estar en la elite, puede marcar una época en los Chiefs. Dwayne Bowe es su receptor preferido, en realidad es casi su único receptor. Chris Chambers ha ido toda la temporada de lesión en lesión y el resto de receptores simplemente acompañan. A pesar de todo, la defensa contra el pase de los Ravens no ha sido nada brillante en toda la temporada. Landry ha mejorado su estupenda temporada de 2009 para convertirse en el auténtico líder de la formación (y que no se enfaden los adoradores de Ed Reed), pero ni Chris Carr ni Josh Wilson son cornerbacks que marquen la diferencia. El juego de pase disciplinado de los Chiefs puede hacerles muchísimo daño.

Otra de las claves de estos Chiefs es la impresionante mejoría de su línea ofensiva respecto a 2009. El año pasado fueron un coladero incapaz de proteger a su QB pero ahora, con la llegada de Ryan Lilja desde Indianapolis, y de Wiegmann desde Denver, y bajo el liderato de Brian Waters, suelen darle tiempo suficiente a Cassel y además abren con solvencia las rutas a la carrera. Tendrán que vigilar, sobre todo, el lado derecho de la defensa de los Ravens, donde Ngata y Suggs provocan estragos en el lado ciego de los QBs rivales.

Porque el gran secreto ofensivo de estos Chiefs es el juego de carrera. Thomas Jones ha dejado en muy mal lugar a Rex Ryan, que prescindió de él tras terminar la pasada temporada, y Jamaal Charles ha estallado como un corredor capaz de conseguir muchas grandes jugadas. Los Chiefs tienen el mejor ataque terrestre de la NFL sin discusión, pero las cosas nunca son perfectas. Creo que una defensa tan dura y dominante como la de los Ravens puede anular a Jones y Charles. En realidad, al contrario de lo que podría pensarse, los Chiefs deberán ganar el partido con el pase más que con la carrera. Si Cassel sorprende abriendo la defensa, sus corredores tendrán una oportunidad, si se empeñan en buscar el éxito corriendo, terminarán perdiendo.

Ahora vamos al punto de la polémica. Alguno de vosotros piensa que la he tomado con Joe Flacco e incluso me habéis enviado estadísticas en las que se demuestra una mejoría de todas las estadísticas del QB. En realidad es una mejoría muy leve que, además, se puede interpretar como claro retroceso si tenemos en cuenta los fichajes de Anquan Boldin y Houshmandzadeh. En 2009 solo tenía a Derrick Mason y Todd Heap como receptores de garantías y este año cuenta con uno de los mejores grupos de receptores de toda la NFL. El club se esforzó e invirtió mucho dinero para que los Ravens tuvieran un ataque aéreo dominante y 17 jornadas después están en el número 20 del ranking. Eso no es culpa de los receptores, sino de un Flacco que, sin ser malo, tampoco es maravilloso. Todos esperábamos, incluido su equipo, que este año se convirtiera en un QB franquicia para muchos años, pero el tiempo está demostrando que es, simplemente, un jugador aseadito, obediente y relativamente seguro, pero con muy poca de esa garra que se les presupone a los grandes líderes. En los playoff de 2009 se tapó descaradamente, esta temporada ha vuelto a esconderse en bastantes ocasiones y, lamentablemente para ellos, los Ravens necesitan al mejor Flacco si quieren ganar la Super Bowl. La defensa sigue siendo dura y experimentada, pero el tiempo comienza a hacer estragos y ya no es argumento suficiente para asegurar la victoria.

Os aseguro que me encantaría que Flacco me desmintiera, jugara como todos esperábamos hace pocos meses y aprovechara su impresionante grupo de receptores para desarbolar a las defensas contrarias, pero creo que el QB no será capaz de hacer eso durante varios partidos seguidos cuando, en realidad, eso es lo que se le pide.

Así que Ray Rice seguirá cargando con el peso de un ataque que no anota demasiados puntos, más conservador de lo esperado y que, como cada año desde que los Ravens conquistaron la Super Bowl (y ya hace) depende de que la defensa cargue con el peso del partido.

Para mí es una decepción ver cómo han terminado la temporada los Ravens. En septiembre ellos eran mis favoritos en la Americana y los Falcons en la Nacional. Sigo creyendo que Atlanta tiene más papeletas que nadie para llegar a la Super Bowl, pero creo que los Ravens sólo podrán conseguirlo si Flacco vuelve de entre los aburridos.

La defensa de los Chiefs es obra de Romeo Crennel, un sabio que ya fue capaz de ayudar a Belichick a crear aquella mítica defensa de los Patriots en la que no había grandes nombres pero sí máxima eficacia. Y eso es lo que ha hecho en Kansas. Solo Tamba Hali, el linebacker derecho, y Derrick Jonson, ILB, podrían ser considerados estrellas. El resto son una amalgama de jóvenes poco experimentados y veteranos muy trabajadores que juntos forman un grupo no demasiado brillante, pero muy capaz de amargarle la tarde a cualquiera. Si el partido se complica no tendrán demasiada capacidad de reacción, pero si las cosas pintan bien se crecerán como gigantes.

Como veis, el partido esta plagado de alternativas y posibilidades. Sobre el papel los Ravens tienen una ligera ventaja, pero el público de los Chiefs es uno de los mejores de toda la NFL y puede llevar a su equipo en volandas. Todo apunta a que será un choque muy terrestre de baja puntuación, pero yo creo que la llave del éxito estará en manos de los dos QBs. Cassel o Flacco ¿quién será el factor que desequilibre la balanza?