Una imagen, una frase (Jorn. 13)
Michael Vick sigue ganando puntos. Sobrevivió a un acoso incansable y protagonizó la remontada.
La realidad sigue castigando a Childress. Su plantilla era tan buena que es capaz de ganar arrollando incluso con Tarvaris Jackson y sus tres intercepciones.
La imperfección absoluta no existe. Hasta Delhomme es capaz de jugar un partido bueno. Y sí, esa es, con diferencia, la mejor foto del partido que he encontrado. ¿Existe la perfección absoluta?
Los Titans son un desastre. Espero, por el bien del equipo, que la riada no se lleve por delante a Fisher.
Os resumo el partido en palabras de Dani Hidalgo: “Los Giants nos destrozaron jugando solo con Jacobs y Bradshaw”. (Corregido).
Los Packers provocaron dudas hasta que Donald Driver se atravesó el campo en una jugada mágica.
Sólo los Bengals son capaces de perder un partido por una salida falsa defensiva en un cuarto down.
Otra vez victoria con polémica frente a los Lions. Vale, pero otra vez victoria.
El adiós de McDaniels cierra una etapa desconcertante y abre una nueva más desconcertante todavía. ¿Qué hacemos ahora con Tebow?
Si los Chargers pierden con los Chiefs, en San Diego no tendrán como consuelo ni el récord de yardas de Rivers, ya inalcanzable. ¡Ojo, 21 yardas totales de carrera y Tomlinson en los Jets!
Los Buccaneers no merecieron perder ante unos Falcons inmortales. Ahora ya creo que también pueden superar a rivales con récord positivo.
Muchos creéis que no tiene la culpa, pero los Cardinals deben despedir a Whisenhunt por convertir a su equipo en el que peor juega a esto de toda la NFL. Incluso Delhomme lo hubiera hecho mejor que Derek Anderson… bueno, tal vez ahí me esté pasando.
Los Seahawks se resisten a morir, aunque vivieron en el alambre durante toda la primera mitad. Luego apareció Lynch para salvar el barco.
Es una pena que los Cowboys hayan despertado tan tarde. Es otra pena que Manning esté tan solo en el campo y en la banda.
Polamalu fue otra vez el salvador de los Steelers, pero Flacco volvió a sufrir los síntomas de miedo a la responsabilidad que le hicieron fracasar en la postemporada pasada.
Cuando Tom Brady decide jugar como el mejor QB de todos los tiempos, no solo lo es, sino que todos sus compañeros se convierten en los mejores en su posición, tanto en ataque como en defensa y en equipos especiales. Y Rex, amigo, el amor mueve montañas, pero tu mujer, comparada con la Bünchen, también es un 3-45… o más.