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Peyton Manning no siempre es suficiente

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La mayor parte de los analistas estadounidenses están culpando a la línea ofensiva del equipo de la mala racha por la que están pasando los Colts (advierto que este artículo esta escrito horas antes del comienzo de la jornada, sin saber el resultado del Colts-Cowboys). El comienzo de toda la polémica llegó en la pasada Super Bowl, cuando la línea fue acusada de la derrota casi como única culpable.

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A mí entonces me pareció una crítica absolutamente injusta, y hoy todavía me lo sigue pareciendo, a pesar de que los movimientos de los Colts durante toda la agencia libre se han confirmado como una demolición incontrolada de algo que realmente funcionaba.

Los Colts fueron el equipo que menos sacks permitieron en 2009. Nueve en toda la temporada. También es cierto que era una línea incapaz de abrir huecos a la carrera. ¿Pero a quién le importaba? Con Manning a los mandos del buque, los Colts han tenido que recurrir muy pocas veces a la carrera para ganar un partido.

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La línea ofensiva titular en la Super Bowl contra los Saints la formaron Johnson, Lilja, Saturday, DeVan y Diem. En teoría sólo ha cambiado el guard derecho Lilja que, sorprendentemente, fue cortado en la agencia libre sin que hubiera un sustituto claro de garantías. Los otros cuatro jugadores continúan en el equipo.


El caso es que la línea de los Colts en 2009 era bastante pequeña, pero muy móvil e inteligente. Los cinco creaban un muro infranqueable en torno a Manning, que tenía siempre muchísimo tiempo para encontrar el mejor pase posible. Pero la falta de tamaño era un handicap a la hora de abrir rutas al juego de carrera. En realidad nadie la había criticado durante toda la temporada, pero tras la Super Bowl se produjo un auténtico clamor en Indianapolis. Ellos tenían la culpa de la derrota.

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Yo no entendí los argumentos entonces, y tampoco los entiendo ahora. Manning no sufrió ningún sack durante todo el partido y completó 31 de 45 pases. El ataque terrestre sumó 99 yardas en 19 intentos, más de 5 yardas por carrera. Es cierto que durante gran parte del partido el pass rush de los Saints aplicó muchísima presión sobre el QB, pero me parece de ‘Alicia en el País de las Maravillas’ pensar que tu rival en la Super Bowl no va a ser capaz de presionarte. Se supone que al gran partido llegan los dos mejores equipos y lo lógico es esperar que enfrente haya un bloque poderoso y dominante. La clave de la final fue el atrevimiento de Payton y no los errores de la línea de Indianapolis.

Así que Los Colts decidieron apostar por una línea más pesada. El objetivo era suplir la pérdida de velocidad con la ganancia de kilos. Como primera medida cortaron a Lilja que ahora se ha convertido en uno de los protagonistas del gran trabajo que la línea de los chiefs está haciendo en torno a Cassel. Posiblemente los Colts hubieran ganado más con el cambio de Johnson o DeVan, pero no se les ocurrió otra cosa que señalar a Lilja, un jugador que tenía con Saturday una compenetración extraordinaria.

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Pero a pesar de todo, la línea ofensiva de los Colts no está consiguiendo malos números en 2010. Manning ha sufrido 13 sacks, pero los Colts son el equipo que menos capturas a su pasador han permitido. En 2009 consiguieron 82,6 yardas de carrera por partido y este año suman 80,9. La diferencia es mínima.

A lo anterior hay que sumar que Addai lleva toda la temporada entrando y saliendo de la enfermería. Los Colts no pueden apostar por la carrera aunque quieran. Donald Brown, a pesar de ser una elección de primera ronda en 2009, parece confirmarse como un fracaso.

El otro problema han sido las lesiones de los TE. A los Colts siempre les ha gustado la formación de doble TE. Con ella conseguían mucha protección a Manning y además siempre tenían abiertas opciones para un pase de seguridad. La lesión de Dallas Clark ha sido demoledora para esa filosofía de juego. Tamme está cumpliendo, pero no es ni la sombra de Clark, Eldridge está muy verde y a Robinson tampoco se le puede pedir demasiado.

Por último, la baja de Anthony Gonzalez se suma a la de Clark para que el grupo de receptores haya bajado bastante su rendimiento respecto a temporadas anteriores. Reggie Wayne es el único referente seguro para Manning. Collie también entra y sale de la enfermería con demasiada regularidad y comienza a ser preocupante la cantidad de balones que se le escurren de las manos a Garcon.


Porque esa es otra de las novedades de este año. No recuerdo haber visto nunca a Manning lamentar en tantas ocasiones que sus receptores dejen caer balones atrapables. El QB ha terminado algunos partidos manifiestamente enfadado. Si tus objetivos fallan tú terminas por perder la confianza en ellos.

Así que, en mi opinión, el auténtico gran problema del ataque de los Colts es que Manning está notando demasiado las bajas del Gonzalez, Clark, Addai o Collie. La carrera no es creíble, la línea tiene menos ayuda de los TE y él necesita más tiempo para encontrar objetivos fiables para sus pases. Ese plus de tiempo es letal para cualquier línea por muy buena que sea. Las defensas rivales, sin miedo a la carrera, pueden dedicarse en la caza del QB en mejores condiciones que nunca.

Es cierto que los Colts tendrán que replantearse en postemporada qué tipo de línea quieren para su equipo. Y deberán apostar por elecciones altas para que los cambios tengan impacto, pero también creo que ahora mismo la línea ofensiva de los Colts es el menor de los problemas para un equipo que es un coladero en la defensa contra la carrera y cuyas buenas estadísticas en la defensa contra el pase son un poco engañosas. Los Chargers dieron la receta: es mucho mejor insistir por tierra, consumir el reloj y sacar del campo a Manning. Meterse en una batalla aérea con el mito es una trampa que ya todo el mundo conoce.

Estos Colts tendrán que cambiar mucho si quieren aspirar a hacer algo grande. Definitivamente, Peyton Manning no siempre es suficiente.