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Tom Brady vs Peyton Manning (Edición 2010)

Actualizado a


Los que me leéis desde hace años, sabéis que siento una especial debilidad por Brady. Dudo mucho que algún jugador me haya gustado nunca tanto como él. En mi fuero interno siempre he pensado que Brady es mejor que Manning pero, a pesar de todo, durante la pasada temporada el QB de los Patriots me decepcionó. Los motivos ya los expliqué en un artículo que escribí en enero pasado: 'Tom Brady vs Peyton Manning'.

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El domingo, de madrugada, retrocedí cuatro o cinco años. Volví a ver jugar a Tom Brady, al de verdad. Ante los Steelers tuvo su mejor actuación personal desde su retorno tras pasar un año en blanco por una lesión de rodilla.

Muchos dicen que la mayor diferencia entre Manning y Brady es que el de New England es la extensión de Belichick en el campo, mientras que Manning es a la vez jugador y entrenador. El domingo, durante el segundo cuarto, todos pudisteis comprobar que eso no es del todo cierto. Después de un drive fallido, Brady comenzó a gritar para reunir el ataque a su alrededor. Todos hicieron corro mientras él les arengaba a voces. Belichick no estaba ni cerca de la escena. El jefe era Brady, el líder era Brady, el que tomaba las decisiones era Brady. El ataque de los Patriots volvía a ser Brady.

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Y cuando el bueno de Tom vuelve a ser él mismo, sus lanzamientos son cañonazos que van, exactamente, al sitio correcto. Nadie como él escanea el campo buscando el pase más dañino, más humillante, más decisivo. Nadie controla el tiempo del partido para frenar, acelerar, y volver loca a la defensa mientras impera sobre el turf que se convierte en una extensión de su cuerpo. ¿Nadie?... Tal vez sólo Peyton Manning.

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La versión buena de Brady crea a su alrededor un aura de perfección, de infalibilidad, que lleva a todos sus compañeros a un grado de confianza que transforma todo el ataque en una maquinaria indestructible. Dirigido por la versión mala de Brady, el ataque de los Patriots es conformista, incapaz de aguantar el ritmo de remontada de sus rivales. Las decisiones ramplonas, y la falta de confianza, les llevan a sufrir más allá de lo razonable para cerrar partidos que parecen ganados. Pero los Patriots que se impusieron a los todopoderosos Steelers fueron perfectos mientras controlaron el reloj y también cuando se lanzaron al intercambio de golpes. La conclusión última es que Brady, por fin, se ha creído que dispone de suficientes mimbres como para ganar otro anillo.

Belichick no tiene coordinador ofensivo, ni defensivo. Muchos le han criticado que haya cargado demasiado peso sobre sus hombros, pero creo que el auténtico coordinador del ataque de los Patriots es Tom Brady. Bill O’Brien, entrenador de QBs, y uno de los grandes culpables de la marcha de Moss tras varios encontronazos verbales, tal vez sea lo más parecido a un coordinador en la banda, pero el que se reúne con los jugadores de ataque antes y después de cada drive, el que decide, históricamente, las bajas que deben producirse en la agencia libre y el tipo de jugador que hace falta para reforzar una posición, es, desde hace muchos años, Tom Brady. Dicen que estaba disgustado por la marcha de Moss, pero yo creo que él fue quien firmó el acta de defunción, y que lo hizo con bastante alegría. También creo que Brady es quien determina, en última instancia, cual será la siguiente jugada. Incluso tengo dudas sobre si fue Belichick o el propio Brady quien decidió el famoso cuarto intento del duelo contra los Colts la temporada pasada. Muy probablemente, tanto la decisión de hacerlo, como la jugada elegida, fueron consensuadas por ambos.


Por eso creo que el papel de Brady es muy similar al de Manning en los Colts, aunque la puesta en escena y teatralidad desaparezcan. Manning tiene nuevo coordinador ofensivo este año. Su nombre es Clyde Christensen, y su trabajo es casi anecdótico en comparación con cualquier otro coordinador de cualquier equipo. Manning, hasta ahora, siempre había estado acompañado en la banda por Tom Moore, que era más un consejero y confidente que otra cosa, pero que, a sus 72 años, ha recibido el cargo testimonial de asistente ofensivo para que pueda seguir acompañando a Manning en la banda, sin otra responsabilidad.

Pero Manning es el máximo responsable de cada decisión ofensiva de los Colts. Lo ha sido durante muchos años y lo será hasta que se retire. Lo de menos es que decida cada jugada, que analice a las defensas hasta que encuentra la fractura, o que grite audibles en cada snap. En los pocos drives ofensivos que pasa en la banda, recoge la hoja de jugadas de manos del coordinador ofensivo, se pone los cascos y canta las jugadas. Esta última es la prueba máxima de que él, y solo él, es el ataque de los Colts.

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Que nadie se engañe. El papel de ambos jugadores es el mismo. Y si tenemos en cuenta el palmarés de ambos, tal vez haya que plantearse que es Brady el que más éxito ha tenido a la hora de ejercerlo. Otra cosa es que la sombra de Belichick sea capaz de ocultar incluso a una estrella tan grandiosa como Brady.

Y por eso discrepo, aunque durante un tiempo yo también lo pensé, con los que dicen que el auténtico duelo entre Colts y Patriots lo protagonizan Belichick y Manning. No es verdad. Los dos pistoleros son también los dos estrategas. No me gusta el término mariscal para aludir a ningún QB, pero Tom y Peyton son los dos únicos jugadores a los que se les podría aplicar de verdad. Ambos son, a la vez, mariscales planificando en la retaguardia y capitanes que dirigen a sus tropas en primera línea de fuego. Lo son hasta un punto al que no creo que hayan llegado muchos jugadores en la historia.

 

¿Y cómo será el guión del Patriots-Colts del domingo? Los Patriots casi siempre han intentado empezar el clásico avasallando, tanto en defensa como en ataque. Belichick, genial como nadie preparando partidos, suele empezar golpeando donde más duele. Brady, que respeta más que nadie a Manning, pisa el acelerador a tope desde el primer snap. Pero Manning es genial aprovechando las armas de que dispone hasta el último aliento, sean como sean, mientras que su alter ego se desanima si sus receptores comienzan a fallar. Después de la primera embestida rival, Peyton ajusta y se lanza a la remontada, con más o menos éxito dependiendo de la temporada. Nunca olvidaré un partido de postemporada, con el marcador bastante apretado, en el que Belichick bostezó aburrido en la banda en el momento más dramático. Así de claro tenía que Manning no sería capaz de remontar. Escribí un artículo sobre ello en NFLSpain. Os dejo el enlace para que lo podáis leer. Está mal que lo diga yo, pero creo que os gustará. Ya no consigo escribir textos tan espontáneos y divertidos. Será la edad.

Pero que ninguno de los forofos de los Patriots lance las campanas al vuelo. Que los Patriots fueran capaces de superar las 100 yardas de carrera ante los Steelers es síntoma de que están arreglando sus problemas con el juego terrestre, que Tom Brady haya recuperado la actitud que le llevó a ganar tres anillos demuestra que el QB sabe que tiene armas suficientes para aspirar a otro entorchado, pero hay un problema grave que les puede llevar al fracaso.

Los viejos Patriots tenía una defensa plagada de veteranos capaces de confundir a Manning o de reajustarse sin ayuda de la banda. Pero esta defensa es como ese niño que se aprende la lección de carrerilla y que se derrumba cuando el profesor le hace razonar sus respuestas. Son muy peligrosos, y eficientes, hasta que el ataque contrario consigue empezar a mover las cadenas. Obedientes, y poco experimentados, salen con la lección aprendida del maestro Belichick y la ponen en práctica, rozando muchas veces la ilegalidad, pero se derrumban en cuanto los rivales comienzan a mover las cadenas. No son capaces de leer el ataque y caen en los engaños en cuanto se salen del guión previsto. Es una defensa que consigue muchos tres y fuera, pero sin capacidad de reacción, ni de tomar decisiones, fuera del plan marcado. Hasta dentro de dos o tres años no desarrollará su auténtico potencial.


Supongo que Belichick conseguirá, un año más, desconcertar a Manning con su planificación inicial, pero también creo que Manning descifrará antes o después el rompecabezas y, en cuanto ponga a funcionar la maquinaria, todo se convertirá en un mano a mano entre él y Brady, dos mariscales de campo de verdad, que cabalgarán desbocados en una carrera frenética en busca del cetro real. El respeto y la admiración que sienten uno por el otro no impiden que, como cada año, la batalla vuelva a ser a muerte.

El Patriots-Colts es mucho más que un partido de football americano. Es la cita anual en la que se decide quien es el mejor quarterback del momento y, posiblemente, de la historia… una afirmación muy arriesgada, pero que como decía alguno en un comentario, es, al menos, discutible, y eso ya es muchísimo.