El power ranking (top 5) tras la semana 3
Vamos a desviar la atención un poco y dejar tranquilo a Favre, que está tan ocupado leyendo nuestras opiniones que no le queda tiempo para entrenar.
Me apetece encarar un tema nuevo. Entrenadores, mitos y leyendas. Puede resultar muy entretenido y el tema da para mucho más que para unas pocas y humildes líneas.
Hace tiempo Andrea y yo comentábamos que muchos asistentes habían nacido para ser asistentes y morirían como grandes asistentes, salvo que un ataque de protagonismo les sepultara y les arrancara de cuajo del glorioso sendero de la NFL, aunque fuera de “segundo”.
El primero que viene a mi cabeza es Ted Cottrell, quien fue el artífice de la defensa de Minnesota y que en la actualidad es el head coach de los New York Sentinels de la UFL. En el lado contrario está Brad Childress, aparentemente un gran segundo de Andy Reid, que no está dando mucho de sí en los Vikings. Pero no quería hablar hoy de los de Minneapolis.
Mi intención es resaltar la figura de Mike Martz al frente del ataque de los Bears de Chicago. Martz, quien fuera el artífice del demoledor ataque de los Rams desde 1999 hasta 2005 –los últimos seis como head coach-, siempre fue criticado por no saber gestionar ni al personal defensivo, ni a sus propios asistentes. A Martz no creo que le importara demasiado ser criticado si él tenía el honor de haber juntado en el campo a Kurt Warner, Orlando Pace, Marshall Faulk, Isaac Bruce, Torry Holt, Ricky Proehl y Az-Zahir Hakim entre otros. Yo también me hubiera sentido en lo más alto de la cima de la montaña.
Pero al final de la temporada 2005, y tras una temporada de 8-8 en 2004, fue despedido –un acto traidor de los Rams si tenemos presente que estaba recuperándose de una extraña enfermedad cerebral causada por una bacteria-, e inició una pequeña peregrinación que le ha llevado, tras un año retirado del mundanal ruido, a los Chicago Bears.
Martz puede cambiar la historia reciente de Chicago, un rudo y áspero equipo, que ha dependido en exceso de su buen hacer defensivo y que lleva años sin sobresalir en la faceta ofensiva. No en vano logró que nuestro estimado Jon Kitna –Barcelona Dragons- lograra cuatro mil yardas de pase por primera vez en su carrera a sus 34 años de edad en 2006, cuando Martz entrenó a los Lions.
Martz, que sirvió para Dick Vermeil en los Rams, está dispuesto a demostrarle que puede mejorar al ataque de los Chiefs de 2002, que contaba en sus filas con Priest Holmes, Trent Green, Tony Gonzalez, Dante Hall, y los líneas de ataque Willie Roaf y Will Shields.