Una imagen, una frase (Jorn. 2)
La segunda semana ha sido protagonizada por la defenestración de quarterbacks. Esto sólo ha comenzado y es sorprendente la cantidad de pasadores que o han perdido la titularidad o se encuentran en una situación más que comprometida. Ayer se hacían apuestas, en la redacción del periódico, sobre cuantas semanas tardaría Favre en anunciar que no se ha recuperado del tobillo y que se marcha a su casa. Yo no creo que haga eso, pero pienso que, si no mejora sensiblemente, será su entrenador quien decida dejarle en el banquillo hasta que se le pase la caraja. La misma caraja que dejó atrás un Sanchez que volvió a parecerse al que debutó de forma meteórica en 2009. También estoy de acuerdo con los que pensáis que Josh Freeman, QB de los Bucs, está siendo una de las mejores noticias de lo que va de temporada.
Matthews, no seas abusón. Machacaste tanto a Trent Edwards que le han mandado castigado al banquillo.
De intercepción en intercepción hasta la derrota final. Lo de Favre no lo arreglan ni 186 yardas totales de Peterson.
¡¡¡Mayday!!! ¡¡¡Mayday!!! ¡El virus Delhomme se extiende! ¡Seneca Wallace también lanza intercepciones retornadas para touchdown que cuestan el partido!
"¡¡¡¿¿Hay alguien por ahí que se acuerde de cómo se jugaba a esto??!!!"
Unos jugando al football y otros echándose la siesta. Los Cardinals debieron pagar entrada.
Matt Moore se llevó la del pulpo… y Jimmy Clausen será titular el domingo. Los Bucs de Josh Freeman han ganado en dos partidos más de lo que muchos les adjudicaban para toda la temporada.
Los Lions lucharon hasta el final, pero eran simples invitados a la fiesta de bienvenida de Vick.
Flacco se está convirtiendo en un lastre para las aspiraciones de los Ravens.
Los Steelers le robaron la cartera a los Titans… y el récord a Chris Johnson.
Hay quien sigue viajando para ver a Tebow, pero al que da gusto ver jugar es a Orton.
Gradkowski recupera el timón y los Raiders vuelven a ganar. Esa ecuación ya la estudiamos el año pasado y nos la aprendimos todos menos Tom Cable. Pero lo realmente increíble es la transformación de McFadden.
Como decía Ponsetti: “hasta el toro todo es rabo”. Schaub ha aprendido mucho de sus derrotas ante Manning y, si quieres ganarle, tienes que ir a muerte contra él hasta el último segundo.
Con esta maravillosa recepción de Moss, los Patriots dieron por concluida su participación en el partido. Aún quedaba toda la segunda parte.
Los Chargers no necesitaron demasiadas acrobacias para merendarse a unos Jaguars en los que terminó jugando McCown tras las cuatro intercepciones a Garrard.
"Querido hermano, cada día me parece más increíble que pudieras ganarle una Super Bowl a los Patriots".
Los Saints apretaron cuando lo necesitaron y los 49ers se ahogaron es sus propias pifias.