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Sigue la farsa

Actualizado a

No os extrañe el estado de mal humor que muestro en las últimas entradas. El cierre de la ‘Guía de la Liga’ es un infierno y en algún sitio tengo que desahogarme.

El caso es que los que entráis habitualmente en este blog ya sabréis mi opinión sobre el caso Big Ben. En resumen, y para los más despistados, me pareció un enjuague pactado entre Steelers, NFL y el propio jugador. Ya opiné que era un escándalo que la NFL sancionara con seis partidos a un jugador que no había incumplido ninguna norma de la liga, que era otro escándalo que el propietario de los Steelers se lavara las manos después de haber anunciado una sanción interna ejemplar, y me pareció, al fin, un paripé la reacción del jugador apareciendo compungido y arrepentido.

Yo pensaba que lo más lógico, y lo más coherente con el historial de la NFL, era que el propio club hubiera aplicado su régimen disciplinario con una sanción que le restituyera la autoridad ante una plantilla que cada vez parecía más descentrada ante la acumulación de sucesos polémicos.

Y, por último, estaba seguro, y así lo escribí, de que toda la pantomima terminaría con Goodell dándole dos palmaditas en la espalda al jugador, y reduciéndole la sanción.

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Pues dicho y hecho. Goodell se ha encontrado con Big Ben en el campus de los Steelers y ya está anunciando que, visto el cambio de actitud del QB, lo más probable es que reduzca la sanción de seis a cuatro partidos. ¡Toma pedorreta!

Me alegro por el jugador, por los Steelers, y por el interés de la competición. Todavía estamos a tiempo de rebajar un poquito más el castigo para que los ‘Señores del Acero’ puedan competir de tú a tú contra Ravens, Bengals y Browns, en una de las divisiones que más espectáculo prometen. Que, en el fondo, este verano todos estamos siendo chicos buenos, incluidos TO y 85.

A ver si termino la Guía, me voy de vacaciones, y se me pasa el mal humor.