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El increible ambiente de Helsinki

Carros de fuego

Un blog sobre atletismo y todo lo que lo rodea: historia, competición, actualidad, debate... Todo lo que te interesa del atletismo y que no podrás encontrar en ningún otro sitio.

Autor: Ángel Cruz

El increible ambiente de Helsinki

Os adelanté ayer algunas cosillas sobre cómo se vive el atletismo en Helsinki y no me resisto hoy a ampliar el tema, y así descansamos de las emociones competitivas del fin de semana, con ese fantástico mediofondo de los Campeonatos de España. He estado varias veces en la capital finlandesa y os puedo asegurar que no he visto otra cosa igual en fervor atlético. Produce una sanísima envidia. Este nuevo post viene también a cuento de los Europeos, porque Helsinki los acogió en 1971 y en 1994, aquí con gran éxito español.

El Estadio Olímpico de Helsinki es precioso y legendario. Y, sin duda, el más importante en la historia del atletismo, porque es el único que ha acogido unos Juegos (1952); dos Mundiales (la edición inaugural, en 1983 y la de 2005) y dos Europeos (los ya citados). El Estadio Olímpico de Roma es la otra instalación que ha acogido las tres grandes competiciones del atletismo, pero sólo una vez cada una. El de Helsinki es un estadio viejo (se inauguró el 12 de junio de 1938), pero que se ha renovado constantemente. Está en medio de un frondoso bosque y tiene adosada una esbelta torre con una bella historia: mide 72,71 metros, la distancia con la que el mítico jabalinista Matti Jarvinen venció en los Juegos de Los Ángeles. ¿Bonito, verdad? Pues resulta que no es historia, sino leyenda. Nos sacó del error a todos un colega finlandés llamado Matti Hannus, experto en estas cosas: la torre mide 72 metros justos y su altura nada tiene que ver con la jabalina, sino con criterios arquitectónicos. La leyenda merecía ser cierta. A Hannus yo todavía no le he perdonado…

Al lado del estadio hay una estatua, muy famosa, del legendario Paavo Nurmi, el más famoso de los Finlandeses Voladores, los corredores de mediofondo y fondo que hace años reinaron en el mundo. Todos nos hemos hecho alguna foto al lado de la estatua del hombre que ganó un montón de medallas olímpicas y que batió dos montones de récords del mundo, hasta que fue descalificado por profesional. Hay copia en el Museo Olímpico de Lausana, cuya visita os recomiendo si alguna vez vais por Suiza.

La estatua fue motivo de un susto mayúsculo para el checo Emil Zatopek, uno de los más grandes fondistas de todos los tiempos. Estaba en Helsinki para competir en los Juegos de 1952 y fue literalmente raptado por tres hombres. El bueno de Emil se temió lo peor… Sin embargo, lo único que querían los tres finlandeses era hacerse unas fotos con él, con la efigie de Nurmi al fondo. Le ‘liberaron’ dándole las gracias. Zatopek ganó allí los 5.000, los 10.000 y el maratón, en su primera carrera sobre esta distancia. Nadie había hecho algo similar antes ni creo que lo pueda hacer nunca más. Esta anécdota me la contó una vez el propio Zatopek, en el español con acento cubano que había adquirido como técnico en la isla caribeña. Emil estaba en Madrid para recibir un premio de la Asociación de Periodistas Deportivos y yo le hice de admirado cicerone.

Y vamos ya al ambiente de Helsinki, que era el motivo inicial de este post. Cuando te diriges al estadio para ver las pruebas, te encuentras miles de personas desperdigadas por el parque, de toda edad y condición, que se pintan la cara con los colores azul y blanco de Finlandia, que llevan banderitas de su país,  que compran los programas de la competición, que llevan incluso cuadernos para anotar marcas y cronos para tomar tiempos de paso…

El estadio se llena a rebosar con un público entendido, que conoce a todos los atletas, nacionales y extranjeros, y que vibra con sus éxitos o sufre con sus fracasos, sean finlandeses o de Tombuctú. Y cuando un finlandés lanza la jabalina, se escucha un aullido en todo el estadio acompañando el vuelo del dardo. Os puedo asegurar que se ponen los pelos de punta.

Todavía recuerdo, y no se me olvidará mientras viva, el momento mágico en que Martín Fiz, Diego García y Alberto Juzdado hicieron triplete en los Europeos de 1994 en maratón. Cientos de miles de personas siguieron la carrera a primera hora de la mañana y les convirtió en héroes. Les saludaban por la calle, los niños les pedían autógrafos, todo el mundo quería hacerse fotos con ellos. En aquellos Europeos España logró nada menos que nueve medallas (tres de oro) en un salto de calidad asombroso para nuestro deporte.

Y sucedió en Finlandia, en el país del atletismo. Un lugar al que todos los aficionados deben acudir alguna vez en la vida, como los musulmanes a la Meca.  


3 Comentarios

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Millero

Debe ser una experiencia fascinante, sí señor.

07/20/2010 01:20:44 PM

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Dani'K

Me uno a las sensaciones de Millero. Y si tú lo dices, Ángel, pues habrá que ir algún día.

La verdad es que la sensacional entrada que nos has brindado dan unas ganas tremendas de dejarse caer por allí.

¿Los aficionados con cronos, cuadernos, y siguiendo los programas al milímetro? Envidia no puedo tener más, jaja.

Por lo del triplete español en el maratón del '94... Me he cansado de leer documentos referentes a la gesta, y siempre acabo pensando lo mismo: es una de las mayores desventajas que siento al cogerme "tan joven" aquel europeo.

Pero bueno, ¿quién sabe? Difícil que sea en una distancia tan mítica como la maratón pero, ¡¡a saber si nuestros atletas no nos tienen guardada alguna sorpresa similar para la semana que viene en Barcelona!!

07/20/2010 10:28:48 PM

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7 metros

Finladia, es el país del atletismo sin duda. Y la jabalina, es una religión allí. Cada nación, tiene sus deportes la verdad.

-España: Fútbol/Motos/Coches/Basket.

-Francia: Fútbol/Ciclismo-

-Italia:Fútbol/Ciclismo/F-1-.

-Alemania: Balonmano.

-Finlandia/Suecia.Atletismo

07/25/2010 12:40:29 AM