Al mal tiempo, buena cara
Tomás de Cos
Dice una polémica campaña anticrisis que “el español es optimista y trabajador por definición” y que sólo nos hace falta un poco más de confianza, a modo de pasito adelante, para abandonar la actual situación. El creador del texto debía estar pensando en Rafa Nadal cuando plasmó la idea en el papel.
El balear es desde ayer cuarto en la lista ATP. El buen resultado cosechado en el desierto californiano, donde se ha llevado el título de dobles junto a Marc López y ha sido superado en semifinales por el a la postre campeón Ljubicic, no han sido suficientes para evitar la salida del podio. Pero Rafa no pierde la sonrisa ni la esperanza.
A pesar de que Federer, que se vio sorprendido por el chipriota Baghdatis en Indian Wells, le aventaja en 4.235 puntos. Nadal no se para a pensar en los 1.420 puntos que le aventaja Djokovic, victima del bombardero croata en octavos, y menos aún en los escasos 35 por los que Murray es ahora el número tres a pesar de haber sido derrotado por Soderling en cuartos de final.
Nadal es optimista y trabajador y sigue empeñado en recuperar su mejor nivel de juego sin obsesionarse con metas concretas. Su actual puntuación (6.800 puntos) es la peor desde que ganara su primer grande en 2005 y suma once derrotas en doce partidos contra jugadores clasificados entre los diez primeros. Sin embargo, al balear no le interesa atascarse en datos negativos y ha destacado que la pasada semana ha jugado su mejor tenis en lo que va de 2010.
Tampoco el futuro inmediato se antoja muy alentador por la gran cantidad de puntos que defiende (en Roma, Montecarlo y Barcelona) en la temporada de tierra batida europea. Tan sólo en Miami, donde hizo cuartos de final en 2009 y Madrid, donde disputó la final contra Federer y comenzó su calvario, puede sumar puntos el balear. Pero Rafa sabe que en plena forma puede conseguir cuanto se proponga. Sólo necesita continuidad y no sufrir lesiones. Ve siempre el vaso medio lleno. Esa es la fórmula.