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Claves de la final de Australia

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Tomás de Cos

Murray gestionó mal la presión

El tenista escocés lleva a cuestas desde muy joven la responsabilidad de volver a conseguir una victoria en un Grand Slam para el tenis británico, algo que no se produce desde hace 74 larguísimos años. Estaba mucho mejor preparado que en su primera intentona de 2008, pero volvió a cometer los mismos errores: un planteamiento excesivamente conservador e incapacidad para variar su estilo de juego sobre la marcha. Federer, por el contrario, jugó sin presión y volvió a ganarle una partida a la historia.

Más efectividad de Federer en los puntos clave.

Andy Murray tan sólo se anotó dieciséis puntos menos que Roger Federer. En los momentos clave, el suizo marcó la diferencia frente a un rival que no supo aprovechar sus oportunidades. En el 2-2 del primer set, Roger salvó tres puntos de rotura y luego salvó cinco bolas de set de Murray en el tercero antes de sentenciar el choque en su tercera bola de partido.

Murray cometió dos errores graves en el tie break, en el que le faltó serenidad y estabilidad. El primero una derecha que se quedó en la red con la pista abierta y el segundo una volea que se fue al pasillo de dobles.

Pobre servicio de Murray

Federer castigó a Murray y su 57% de primeros servicios (45% en el primer set). El de Basilea ganó el 49% de los puntos que Murray jugó con su segundo servicio. El escocés se olvidó de sacar bien en una pista rápida y lo pagó muy caro. Federer mantuvo siempre la iniciativa en sus juegos al servicio gracias a un 67% de media de puntos jugados con el primer servicio.

A Murray le faltó atrevimiento

Después de haberse mostrado muy valiente y decidido en los partidos anteriores (contra Nadal, sin ir más lejos), el escocés apostó por jugar muy seguro. Pero sus tiros se quedaron muy cortos, todo un regalo para un tenista con la definición del helvético, que conectó 46 golpes ganadores por tan sólo 29 de Murray. Debió tratar de hacer mucho más con la bola.

Muy poca variedad

Murray permitió a Federer encontrar su ritmo y fue demasiado previsible por momentos. El suizo golpeó un 72 %de las bolas de revés (81% en el primer set) por el interés del escocés de que no golpeara con su gran derecha. Roger lo estaba esperando y brilló con una gran actuación de revés y buscando su derecha invertida cuando mandaba en los puntos. Murray le varió más el juego en el último set (65% de los tiros al revés del suizo) pero ya era demasiado tarde.

Federer jugó siempre dentro de la pista y se acercó más a la red

El ganador de dieciséis títulos de Grand Slam, se asomó a la red en 43 ocasiones, por las 20 de Murray. El juego defensivo de Murray le condenó a jugar muy lejos de la línea de fondo y a correr una bola tras otra al dictado del suizo. El escocés sólo golpeó el 32% de las bolas dentro de la pista y dejó demasiadas bolas a media pista, para que Federer golpeara el 45 % de las ocasiones muy metido en la cancha.

Murray fue el segundo mejor del torneo, pero se quedó sin el nº 2 de la ATP

Con su clasificación para la final del Abierto de Australia, Murray adelantó a Rafa Nadal en la clasificación, pero al caer con Federer perdió la oportunidad de colocarse segundo por detrás del suizo y adelantando a Djokovic. Sin embargo, con una buena actuación en los próximos torneos, podría permitirle adelantar al serbio, del que únicamente le separan 510 puntos.