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¿Recuperará Nadal el nº 1?

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Tomás de Cos

En el deporte del tenis una temporada y la siguiente están irremisiblemente relacionadas por un sistema de puntuación del ranking, que a menudo convierte a los jugadores en calculadoras humanas. Así que los cinco primeros meses de 2010 tienen, en gran medida, la respuesta a la pregunta que encabeza este artículo.

Porque durante el mismo periodo del año pasado la actuación de Nadal fue sencillamente descomunal, luego un mal comienzo lastraría mucho sus aspiraciones. Su victoria en Melbourne Park se extendió en una racha de cinco títulos (Indian Wells, Roma, Montecarlo y Barcelona), con tan sólo tres derrotas en 44 partidos.

Y ello ocurrió después de un 2008 sobrehumano, en el que el español consiguió ocho títulos de diez finales, 82 triunfos en 93 partidos, hizo doblete en París y Londres y se colgó la medalla de oro olímpica en los Juegos Olímpicos de Pekín.

Sin embargo, tanto esfuerzo sostenido en el tiempo acabó pasándole factura. Una tendinitis en ambas rodillas, le complicó la última parte de la agotadora temporada de tierra batida. Perdió la final del Masters 1000 de Madrid tras una interminable semifinal, fue eliminado por Soderling en Roland Garros y no pudo defender su título en Wimbledon.

En menos de un año pasó de de ser señalado por muchos, incluido Andre Agassi, como el elegido para conseguir el 'Santo Grial' del tenis (el deseado Grand Slam), a luchar consigo mismo para encontrar la confianza y ser puesto en duda su futuro por su estado físico.

Nadal acabó sincerándose: "He tenido falta de confianza y algunas cosas en la cabeza… Uno debe aceptar los problemas y tiene que volver. Estoy en ello". El divorcio de sus padres, llevó al mallorquín a admitir que no estaba física y mentalmente preparado para seguir compitiendo.

"El divorcio de mis padres fue un cambio importante en mi vida. Eso me afectó. Después de eso, cuando no pude jugar Wimbledon, resultó duro. Durante un mes estuve fuera del mundo", afirmó.