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¡¡¡Chargers, 14; Jets, 17!!!

No me pidáis que os explique cómo han ganado los Jets. El único motivo que se me ocurre es la incomparecencia de los Chargers. El equipo más en forma de la conferencia americana jugó tan confiado, tan convencido de su superioridad, tan seguro de que en cualquier momento podía apretar el acelerador y marcharse en el marcador, que cuando se quiso dar cuenta estaba a dos anotaciones de los Jets y sólo quedaba medio cuarto.

Además, los de la Gran Manzana empezaron el partido de forma suicida. Todos dábamos por seguro que Thomas Jones y Shonn Greene recibirían balón tras balón para intentar imponer su juego de carrera, pero Rex Ryan cargó toda la responsabilidad sobre Mark Sanchez que era incapaz de conseguir primeros downs. Mientras, los Chargers sí seguían el guión: balones entre líneas a Antonio Gates y Vincent Jackson que en los primeros minutos dejaron en evidencia a la secundaria de los Jets.

Con lo que nadie contaba era con que Nate Kaeding iba a fallar hasta tres field goals a lo largo del partido. Uno de ellos, en los últimos instantes del segundo cuarto, era de 57 yardas y no debe ser tenido en cuenta, pero los otros no se pueden fallar si de verdad aspiras a ganar a Super Bowl. A pesar de todo esto, los Chargers llegaron al descanso ganado 7-0 y con la sensación de que tenían el partido controlado.


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Tras el descanso los Jets comenzaron a jugar con más lógica. Recuperaron el juego de carrera al mismo tiempo que Rivers comenzaba a cortocircuitarse. A eso hay que sumarle que el QB de los Chargers sufrió dos intercepciones muy inoportunas que le dieron muy buenas posiciones de campo a sus rivales. Los Jets seguían sin mover el balón con facilidad pero anotaron un touchdown tras una de esas intercepciones y otro poco después tras una carrera de Greene de 53 yardas. El partido se acababa y los de Sanchez vencían 17-7.

Los Chargers despertaron y anotaron un touchdown rapidísimo con casi dos minutos y medio por jugar, pero ahí volvieron a acumularse las decisiones equivocadas. La fundamental fue que intentaron un onside pick cuando les quedaba un tiempo muerto y aún podían haberse fiado de su defensa. Por ese motivo los Jets, con más de un minuto por jugar, arriesgaron un 4 y 1 en la yarda 30 de sus rivales. Si los de San Diego hubieran pateado profundo, ese cuarto down se hubiera podido jugar en torno a la 30 de los Jets y Rex Ryan se hubiera visto obligado a despejar. Los locales habrían tenido así una última posibilidad.

Como podéis imaginar, los Jets consiguieron el primer down y dieron por concluido el partido. Los Chargers continúan con su maldición en postemporada y dieron la sensación de salir al campo sin ambición, a pasar un trámite. Tal vez tarden muchos años en volver a tener tan cerca la puerta a la Super Bowl. Mientras, Rex Ryan mantiene viva la bravuconada que disparó antes de comenzar los playoff: los Jets están en postemporada con el objetivo de ganar la Super Bowl. De momento, el próximo domingo se enfrentarán a unos Colts que ya perdieron con ellos hace un mes. Sí, jugaron los suplentes pero perdieron.