Los Saints pasaron por encima de los Patriots sin paliativos, N. Orleans volvió a ser el equipo agresivo, volador y dominante de las primeras jornadas. New England volvió a ser el conjunto sin defensa, sin ambición y con un Brady desdibujado del mes de septiembre.
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Cuando dos equipos de football americano se van a enfrentar, durante toda la semana estudian al rival y buscan una selección de jugadas que pueda hacerle daño. A partir de ahí llega el momento de entrenarlas hasta la extenuación para que, durante el partido, esa planificación sea argumento suficiente como para llevarse la victoria.
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Durante los primeros quince minutos, los Patriots supieron imponer ese plan de juego con el que querían vencer a los Saints. Brees comenzó el partido con un pase profundo a Henderson pero, durante el resto del drive, fue incapaz de leer una defensa que comenzó muy agresiva y enchufada. Field goal y balón para los Patriots.
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Brady arrancó con uno de esos drives que han hecho famoso a Belichick. Largo, consumiendo muchísimo reloj, muy corredor, arriesgando cuartos downs y muy castigador para la defensa. Cuando Maroney entró en la end zone, los defensores de los Saints boqueaban agotados y daba la impresión de que la maquinaria de Boston iba a funcionar toda la noche.
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En el siguiente drive volvió a funcionar el primer pase profundo de Brees, pero a la defensa patriota le volvió a dar resultado la agresividad y, en el retorno de punt, Welker entraba en el campo rival para que Brady comenzara otra serie que, por lo que se había visto, sólo podía terminar en touchdown.
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Pero terminó una jugada después con una intercepción que le dio la vuelta al partido. A partir de entonces la secundaria de los Patriots perdió todas las coberturas, la línea defensiva se estrelló contra un muro y los linebackers cayeron en todos los engaños de Brees. Y lo que comenzó como una pequeña herida terminó en una hemorragia. Belichick intentaba tapar agujeros mientras se abrían otros más grandes y el barco de New England se hundía irremediablemente.
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Pero en ataque las cosas no fueron mejor. El juego terrestre dejó de encontrar huecos, los receptores eran incapaces de separarse un metro de su cobertura, la línea sufría para darle tiempo a Brady que miraba desconcertado sin saber qué hacer con el balón.
Los Saints dominaron a los Patriots en todas y cada una de las líneas, de las posiciones, de las decisiones y de los aspectos del juego. Y la intercepción no fue ni la clave ni el punto de inflexión. Si los Patriots se hubieran puesto 3-14 hubieran sucumbido de la misma manera porque los Saints fueron infinitamente mejores. Daba la impresión de que ningún jugador de la plantilla de los Patriots le podría quitar el puesto a su homónimo en los Saints.
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Eso mismo sucedió entre los Bears y los Vikings. El plan de juego de Chicago funcionó durante el primer cuarto pero, a partir de ese momento, los Bears se vieron superados en todas sus líneas. Era como si una división acorazada pasara por encima de un ejército medieval.
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Cada partido es un mundo y, en esta NFL, son muy arriesgadas las afirmaciones categóricas, porque en dos semanas te tienes que hacer un bocadillo con ellas, pero creo que, tras lo visto esta jornada, los Vikings y los Saints son los equipos más completos y más poderosos de la NFL.
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Casi todos los conjuntos tienen algunas posiciones dominantes y otras menos potentes. El arte de entrenar pasa por agrandar las virtudes y esconder los defectos, hacer que lo bueno cubra a lo malo y, por supuesto, conseguir lo contrario en el equipo rival. La cuestión es que tanto Vikings como Saints son dominantes en todas y cada una de sus posiciones. No tienen defectos manifiestos. Este año, en la Super Bowl, el equipo a batir será uno de esos dos.
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Nunca se puede enterrar a los Patriots. Pero creo que, desde que Tom Brady es su QB titular, nadie les había dado una paliza tan descomunal. La de los Colts hizo daño en su orgullo, pero esta puede haber dañado irremediablemente su espíritu ganador. Tal vez ayer vimos el último capítulo de una dinastía muy cercana a la decadencia.
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Durante la humillación entendimos porqué no quiso Belichick depender de su defensa frente a Manning. Ante los Colts todos vimos el cansancio, pero no nos dimos cuenta de lo rápido que llegaba el desconcierto. Ahí falta un Vrabel o un Bruschi que devuelvan la tranquilidad y la cordura en los momentos difíciles.
En el ataque sucede lo mismo. Desde que los Giants destruyeron, en la Super Bowl, la línea que protege a Brady, todos los rivales importantes ejercen la misma presión y el QB, a pesar de su paciencia, termina por descentrarse. Maroney sigue sin asegurar un juego terrestre eficiente durante todo el partido. Resulta inevitable decir que la lesión de Fred Taylor tal vez sea la más grave que han sufrido los de Boston en toda la temporada. Ya lo comenté en algún artículo anterior, y muchos no estabais de acuerdo, pero Moss solo mantiene su velocidad durante los primeros drives; enseguida se cansa y no consigue despegarse de su cobertura. No es un problema del domingo. Lo lleva arrastrando toda la temporada. Se acerca el momento en el que deberá explotar más su experiencia que su físico.
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Por primera vez en muchos años, los de Boston no sólo perdieron un partido, sino que terminaron con cara de perdedores.
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Los Patriots se recuperarán, y seguramente serán temibles en play-off. La gran duda es si ellos, al igual que los Colts, los Chargers, los Bengals o cualquiera de los aspirantes de la Americana, serán capaces de esconder sus vergüenzas, y magnificar todas sus virtudes, ante dos equipos con tanto poder como son los Vikings y los Saints.
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Hace dos temporadas pensábamos que pasarían muchos años hasta que un nuevo equipo pudiera aspirar a alcanzar la perfección. Ahora, pocos meses después, los Saints cabalgan imparables. Brees sigue pasando a placer, pero ahora tiene alrededor un grupo de receptores que sólo miran a la end zone. Y cuando se sienta en la banda, los once que salen al campo ya no piensan en sobrevivir, sino en ganar defendiendo. Si alguien encuentra una grieta en este equipo, que lo diga.
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mtovarnfl@yahoo.es
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