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¿Una decisión soberbia?

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No se habla de otra cosa, en el mundo de la NFL, que de la decisión de Bill Belichick de jugarse un ‘cuarta y dos’, en su propia yarda 28, a falta de 2:08 para finalizar el partido.

Como dije en mi artículo de ayer, creo que Belichick tomó la decisión correcta. Voy a intentar argumentarlo en este artículo, pero entiendo que los que piensan lo contrario pueden argumentar con la misma fuerza y con razones muy de peso.

En realidad, creo que Belichick pierde el partido por ser conservador. Sí, por no arriesgar. Y también creo que es algo que le lleva pasando en las últimas temporadas en los partidos decisivos. El verdadero problema es que está intentando que Maroney consiga las cosas que hacía Dillon y, lamentablemente para los Patriots, su actual corredor número uno no le llega a la suela del zapato al que fue jugador franquicia de los Bengals.


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En el drive de los Patriots que comenzó a falta de 12:14 para el final, la formación defensiva de los Colts aumentó la agresividad en la línea (algo que mantuvo hasta el final del partido). Comenzaron a meter hasta ocho hombres en la caja y buscaron más presión sobre Brady.

El ataque de los Patriots usa la carrera en primeros downs casi al 50% con el pase. No es extraño que le den el balón a Maroney buscando una posición ventajosa que permita, en segundo y corto, intentar un big play sin arriesgar el drive. Pero también es habitual que Brady enlace jugadas de pase corto consecutivas, que terminan por desconcertar a la secundaria. Es sabido que el juego de pase de Boston es tan complejo, que les permite usar en cada partido una variedad de jugadas mucho mayor que la mayoría de los equipos de la NFL.

Por eso me sorprendió que, en ese drive del que os hablo, tras una primera jugada en la que Welker consigue un primer down, Maroney recibiera el balón. La defensa seguía apretando con ocho hombres en la caja y, en mi opinión, lo lógico hubiera sido seguir intentando el pase corto para obligar a la defensa a abrirse. Un pase a Welker, y otro a Moss, solventaron la situación, pero, en el siguiente 1er down, Maroney volvió a recibir el balón y sólo ganó dos yardas. La defensa, que seguía cerrada, presionó con fuerza en la posterior jugada para hacerle un sack con fumble a Brady. Los Patriots recuperaron el balón y Brady, en 3ª y 10, intentó lanzar el balón cuando toda la defensa de Indiana estaba en cobertura de pase. No cabía la sorpresa y los Patriots tuvieron que despejar.

En el siguiente drive de los Patriots, a 7:44 del final, Maroney volvió a recibir el balón en 1er Down contra ocho en la caja. Sólo ganó una yarda. En realidad el balón estaba a distancia de field goal y casi todas las jugadas, a partir de ese momento, estuvieron dirigidas a conseguir una buena distancia para la patada. No se intentó ningún pase ni de media ni de larga distancia.


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En el drive que comenzó a 2:23 del final, el 1er down volvió a ser un intento de carrera (esta vez de Faulk porque Belichick debía estar desesperado por la manía de Maroney de pararse a mirar, tras recibir el balón, en vez de buscar directamente el hueco asignado). Este es otro tema, pero creo que el problema de Maroney es que nunca ha terminado de acostumbrarse a la velocidad de la NFL. Es un running back que aún juega con mentalidad y ritmo universitario y creo que éste puede ser su último año como titular en New England. Pero volvamos a la historia. Faulk no ganó yardas, con lo que los Colts sabían que la siguiente jugada sería de pase. El 2º down fue una jugada de pantalla, marca de la casa de Belichick, en la que Welker se quedó a dos yardas del 1er down. Tanto el tercer como el cuarto intento fueron pases de seguridad, en jugadas sencillas, que normalmente los Patriots suelen completar con facilidad.

Por eso, los Patriots jugaron sus últimos tres drives sacrificando el primer down para consumir tiempo. Tras haber gestionado el reloj con la maestría con la que lo hace habitualmente, Belichick se volvió completamente previsible y simplificó el trabajo a la defensa de los Colts. Por otro lado, Moss llegó al final del partido muy cansado. Era incapaz de ganarle la posición a su marcador, así que pasó a ser menos problemático para la secundaria de los Colts. Esta es otra digresión, pero creo que Moss debe, a partir de la temporada próxima, reconvertirse, como hizo Rice en los Raiders, a un receptor de media y corta distancia. Los Patriots necesitan un Calvin Johnson para lo profundo. Varias de las últimas intercepciones a Brady han llegado en pases perfectos a los que Moss, por su pérdida de velocidad (los años no pasan en balde), no ha llegado con la posición ganada. Le sucedió el domingo, y también contra los Dolphins.

Por último, los Colts, en sus dos últimas posesiones, habían conseguido llegar a la end zone con un drive de 79 yardas en 2:04 y uno de otras 79 yardas en 1:49. En el segundo lograron avanzar 31 yardas gracias a una interferencia en el pase, pero, independientemente de las penalizaciones, Peyton Manning había demostrado que estaba suficientemente enchufado como para no tener problemas con dos minutos por jugar.


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Además, intentar un cuarto down que cerraría el partido no me parece una falta de confianza de Belichick en su defensa, sino todo lo contrario. La formación tuvo la oportunidad de reivindicarse frenando a los Colts en las 29 yardas que debían recorrer.

Todo el mundo criticó (me incluyo) a la defensa de los Patriots tras el primer partido. Belichick ha conseguido convertir a un grupo nuevo, con grandes lagunas y ninguna compenetración, en la tercera defensa que menos puntos recibe por partido. Él sabe mejor que nadie lo que tiene entre manos (por algo lo ha modelado), y estoy seguro de que valoró cada detalle. Sólo por su trabajo en esa defensa, merece aspirar al ser elegido entrenador del año.

No creo que fuera una decisión soberbia, ni que estuviera jugando un partido de ajedrez contra Manning. Creo que fue una decisión valiente y que, con toda la lógica del mundo, no quería ver a Manning en el campo ni en pintura.

Sobre la revisión de la jugada, se siguió acumulando la mala suerte para los Patriots. No tenían tiempos muertos para poder pedir una revisión, y los árbitros sólo revisan ‘de oficio’ tras el tiempo muerto de los dos minutos. Aún así, no está completamente claro que los Patriots hubieran conseguido el primer down tras la revisión.

Belichick tiene una maldición. Cada decisión polémica que toma acaba por ser analizada con lupa y, casi siempre, termina con el San Benito de 'soberbio' colgado del cuello. Creo que tiene un amor propio muy superior a la media, que odia perder más que nadie, y que, como es lógico, no es precisamente humilde. Llevo muchos años en el periodismo deportivo y, sinceramente, nunca he conocido a un deportista de élite auténticamente humilde. Para estar en este negocio hay que creerse el mejor y tomar decisiones plantando los huevos encima de la mesa aún a riesgo de que te los corten. Belichick siempre ha sido capaz de tomar decisiones difíciles, novedosas e imaginativas. Por algo es considerado uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos (si no el mejor) y ha cambiado la forma de dirigir en la NFL. Ahora casi todas las estructuras técnicas y muchas de las formas de jugar están influenciadas por él hoy en día. Muy pocos han inventado más y con tanto éxito.

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Es casi una insensatez criticar a Belichick por sus decisiones. Yo, por una vez, voy a ser imprudente y lo voy a hacer. El entrenador de los Patriots no se equivocó al intentar ganar el partido en un cuarto down, se equivocó por confiar en Maroney y Faulk en los primeros downs de los tres drives del último cuarto.