Caroline Wozniacki huele bien
Tomás de Cos
Esta vez el nombre que ha salido a la palestra no ha sido el de Davydenko, brillante vencedor del Masters 1000 de Shanghai, sino el de la bella y prometedora Caroline Wozniacki, a la que el tufo de las apuestas deportivas parece haber puesto en duda.
La WTA ha abierto una investigación sobre el abandono de Wozniacki en Luxemburgo y su posible relación con las elevadas apuestas existentes a favor de su rival, la local Anne Kremer. La finalista del pasado US Open y ganadora de tres torneos individuales y uno de dobles en lo que va de temporada (Ponte Vedra Beach, Eastbourne, New Heaven y Memphis) se retiró cuando vencía por 7-5 y 5-0 a causa de una lesión en el muslo.
No cabe duda de que el abandono, contextualizado con los datos recibidos en las casas de apuestas, da que pensar. Pero muy probablemente la explicación es mucho más sencilla. Después de una más que notable temporada, e instalada ya en el cuarto escalón del ránking WTA, parece absurdo que nadie quiera manchar su nombre con semejante patraña, en la que además la tenista no gana nada. Ni puntos, ni dinero, ni fama. Y menos aún cuando va a estrenarse en su primer Sony Ericsson Championships.
Caroline ha puesto el grito en el cielo: "Me siento ofendida en mi honor. No tengo nada que ver con las apuestas". Por cierto, que la tenista sigue recibiendo tratamiento del fisioterapeuta en su pierna. Un servidor, que se confiesa un ignorante sobre apuestas deportivas, se cree sus palabras. Wozniacki huele bien y es demasiado joven para tener el colmillo tan retorcido.
Disfrutemos con su próximo debut frente a Victoria Azarenka (mañana, a las 15:00 hora española) en el Grupo Blanco, en el que también están Dinara Safina y Jelena Jankovic.
