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¿Por qué somos tan raros?

El fichaje de Favre por los Vikings ha ayudado a enterrar la otra presunta noticia de la semana que, ya de por si, alguien parece interesadísimo en ocultar por todos los medios. Hablamos del presunto puñetazo que Tom Cable, head coach de los Raiders (no se si también decir presunto), propinó a Randy Hanson, un asistente de la defensa, durante una presunta discusión en un entrenamiento. Presuntamente Cable le rompió la mandíbula al presunto agredido. El head coach confirma que hubo una discusión pero niega la agresión, el asistente no abre la boca (primero porque la debe tener inmovilizada, y segundo porque presuntamente se puede llevar otra). La mayoría de los medios de comunicación estadounidenses han retirado la información sobre la presunta agresión de su lista de noticias aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que Favre se lleva todos los focos. O tal vez porque todo es mentira. Vete tú a saber.
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Hoy también hemos sabido que Plaxico Burress pasará dos años en la cárcel por dispararse en la pierna mientras estaba de fiesta el 29 de noviembre. Aquí no hay presuntos. Burress se pegó un tiro haciendo el gilipuertas. Confirmado.
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Todas estas son las noticias que no queremos leer. Noticias que suben la temperatura de los foros. Los aficionados no se enfadan por la mala imagen que esos incidentes dan a la NFL, sino porque los medios de comunicación en España sólo hablan de football para tratar asuntos extradeportivos.
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Yo escribo casi siempre de deporte así que espero que me perdonéis unas consideraciones sobre la abundancia de noticias escandalosas que genera la NFL y sobre nuestras reacciones de aficionados de ‘fuera de EEUU’.
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Seamos serios. Para ser aficionado a la NFL en España hay que ser un poquitín psicópata. Por un lado hay que ser aficionado al deporte, pero por otro lado hay que pasar bastante del fútbol español. A la hora que emiten football americano también televisan la Liga. Así que o lo uno, o lo otro, o ‘callozapping’ en el dedete… con las peleas familiares que todo esto conlleva. Por tanto, cualquiera de nosotros es señalado, considerado un friki, un inadaptado o incluso un snob que sólo quiere diferenciarse. Todo es un poco raro. Yo suelo trabajar muy pocos domingos pero cuando me toca me siento un extraterrestre. Mientras en la redacción del periódico todo el mundo está voceando a la tele y celebrando los goles de Primera y Segunda, yo escucho a Zanoni (un fuerte abrazo, amigo) y salto de la silla con un sack de los que duelen. Los que se sientan alrededor me miran alucinados y no me lanzan cacahuetes porque no hay en la máquina expendedora.
Fan
Tíos, es que nos fríen hasta por motivos políticos. ¿Qué te gusta la NFL? ¿Pero eres proyanki? Porque la NBA está bien vista, pero la NFL, y más desde que los Patriots se convirtieron en el equipo dominante, parece encasillada entre los vicios degenerados de la llamada ‘América profunda’. La caricatura del tipo de 800 kilos, ocupando todos los asientos de un sofá, con una camiseta plagada de lamparones, comiendo alitas de pollo a puñados y sin pelar, y gritándole a su pobre mujer que le acerque más cervezas que bebe masticando la lata mientras ve un partido de los cowboys. Es así de duro. Para nuestros congéneres nosotros somos eso.
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Y damos motivos. Somos capaces de ver un partido con la nariz a pegada al ordenador, intentando descubrir el balón (con suerte) en una pantalla del tamaño de un paquete de tabaco, en la que la imagen se ve a saltos y con tres minutos de retraso, mientras escuchamos una emisora que suena como una psicofonía aunque no sepamos inglés suficiente para entender ni la música. Y después de intuir algo que parecía un pase de 80 yardas para touchdown llamamos a otro psicópata por teléfono:
- Tío, tío ¿lo has visto?
- ¿El qué?
- El pedazo de pase para touchdown. ¡Una obra de arte!
- Pero hombre, si ha sido un punt en cuarto down que ha terminado en touchback.
- Ahhhhhhh. ¿Seguro que hablamos de la misma jugada? ¿Tú en que minuto estás?
- ¿Y tú de qué partido hablas?
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Esa es otro de nuestros defectos. Hablamos en lenguas. En ocasiones parecemos la niña del exorcista. No hay nada más surrealista que la conversación entre dos aficionados reunidos en un bar. Expulsan de su lado a amigos y, lo que es peor, a amigas:
- ¿Qué te pareció el primer drive del Monday Night?
- Increíble. Sobre todo el play action en segundo down y corto.
- Ya te digo. Y cómo se zafó del sack con un rollout cuando se la jugaron en cuarta.
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Lo curioso es que el diálogo que acabo de escribir ni siquiera es complicado. Porque si nos ponemos en plan vacilón “te vas a enterar de lo que vale un peine, ignorante” a veces nos perdemos hasta nosotros mismos. Luego nos extraña que nuestros amigos no se aficionen. “Con lo fácil que es. Es que ni lo intentan”. Pero no nos damos cuenta de que un recién llegado necesita ver los partidos en diferido, a velocidad lenta y parando después de cada jugada para que le expliquen lo que ha pasado. La otra opción es hablarle sin usar términos y señalando sólo lo elemental. Lo demás llegará con el tiempo. ¿De verdad lo intentamos?
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Y como tipos raros que nadamos contracorriente, necesitamos reafirmarnos en nuestra afición ensalzando todas sus virtudes y escondiendo sus defectos. Nos quejamos de los demás pero en el fondo somos unos clasistas exclusivistas que estamos encantados de vivir en nuestra reserva india y de ser los que más sabemos de algo en nuestro barrio. El e-mail que más he recibido a lo largo de estos años ha sido parecido al siguiente: “Yo no te leo porque sigo a los columnistas americanos”. ¡No te fastidia! ¡Y yo! Así que por un lado criticamos a los medios españoles si no hablan de football, y por otro les criticamos si hablan de football, ya sea por tratar sólo de temas extradeportivos, o porque saben menos que nosotros.
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Con los años la gente se modera. La juventud es época de excesos y éstos también se manifiestan en la pasión con la que seguimos las cosas que nos gustan, que a veces provoca intransigencia y una especie de hooliganismo. Lo malo es cuando seguimos igual con el paso de los años.
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La verdad es que yo quería hablaros sobre la imagen idealizada que los aficionados no estadounidenses tenemos de la NFL. Quería desmitificar un poco, analizar lo que es un equipo en realidad y cómo trabajan los entrenadores (como Tom Cable) y los jugadores (como Plaxico Burress). Pero de eso escribiré otro día, que hoy he terminado perdido por los cerros de Úbeda.
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mtovarnfl@yahoo.es