Homenaje a Andy Roddick
Esther Sánchez-Infante
Pocos hombres han conseguido lo que ha logrado Andy Roddick. El ‘cañonero de Nebraska’ ha sumado esta semana una nueva medalla a su exitosa carrera: su victoria número 500. Esto no pretende ser más que un pequeño homenaje a un tenista que lleva siete años instalado entre los diez mejores del mundo.
Pasando casi inadvertido, Andy Roddick se ha convertido en una de las raquetas más regulares del circuito mundial. Con sus 26 años, ya ha cosechado 27 títulos individuales desde que se hiciera profesional en el 2000. A eso hay que añadirle las 17 finales que ha jugado. Fresca tenemos una de las últimas, tal vez la mejor. All England Club contra Roger Federer. Había un claro favorito, pero Roddick le plantó cara al actual número uno. Una batalla épica que sólo puede definirse con el marcador final: 5-7, 7-6, 7-6, 3-6 y 16-14. El estadounidense sufrió amargamente su tercera derrota en la final de Wimbledon ante el mismo rival. Ayer tampoco pudo con Del Potro en la final del torneo de Washington.
El que fuera ganador del US Open en 2003 pasa de una forma silenciosa como pocos tenistas lo han hecho. Y su trabajo tiene mucho mérito. Como una especie de hormiguita ha ido conquistando, al menos, un torneo por año desde 2001. Su punto álgido fue, precisamente, el año en el que se adjudicó el Grand Slam de su tierra. En esos doce meses llegó a hacerse con seis entorchados.
El 2003 fue un gran año para el chico de Nebraska que se esconde debajo de una gorra. En noviembre, se alzaba como rey de la ATP, un trono que ocuparía hasta enero del año siguiente. Fue corta su estancia en la cumbre, pero ya por aquel entonces no era fácil lidiar con un tal Roger Federer. El suizo le arrebató el número uno mundial y Juan Carlos Ferrero le obligó a situarse en el tercer puesto del cajón.
Quizá uno de sus mayores logros es haber permanecido en lo más alto de la élite mundial desde el 2002. El norteamericano, uno de los más simpáticos del circuito según dicen, se instaló en el ‘top ten’ del ránking y sólo lo ha abandonado en tres ocasiones para ocupar el undécimo y duodécimo lugar. A día 10 de agosto de 2009, Andy Roddick está el quinto mejor tenista del mundo. Eso no puede ser una casualidad ni ser debido sólo a su potente saque.
La semana pasada el ‘cañonero’ entró en un selecto club, en el que, por cierto, también está un español: Carlos Moyá. Andy ha ingresado en el grupo de los tenistas con 500 victorias en su carrera. El logro tuvo lugar en los octavos de final de Washington, donde se impuso a su compatriota Sam Querrey por 7-6 (7) y 6-4. Así se ha convertido en el trigésimo sexto tenista que alcanza esta cifra en la historia del tenis. Asimismo, es ahora el cuarto en activo con más victorias. Sólo le superan grandes nombres de este deporte: Roger Federer, Carlos Moyá y Lleyton Hewitt. Poco más hay que decir.