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Eurobasket 2009: Los 12 de Scariolo

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Ya hay lista para el Eurobasket de Polonia (7-20 de septiembre), un torneo especial para nuestra generación de oro, que no quiere dejar escapar una vez más este título, especialmente tras la puñalada que supuso la canasta de Holden en el Palacio de los Deportes. Nuevo seleccionador y un equipo en el que hay dudas y debates, y eso es una suerte porque unas y otros llegan por exceso, por lo tanto y tan bueno de donde hay para elegir. El bloque, en un sentido global, es excepcional, una garantía tras unos meses en los que ha habido rumores y presagios negativos en torno a varios de los principales referentes de este equipo. Porque eso es esta selección y eso debe seguir siendo: un equipo. Después llegará el futuro, el próximo Mundial y los próximos Juegos a la vista, pero ahora el objetivo es asegurar la caza y no dejar escapar una medalla que esta generación ansía para seguir haciendo historia y para que no se le discuta la condición de lo que es: el mejor grupo de jugadores que hay en Europa. Ni más ni menos.

Llega Scariolo tras la experiencia Aíto, finalmente tan grata tras la excepcional puesta en escena en aquella batalla olímpica para la historia ante EE.UU. Con el italiano llegará su estilo, más pausado que el de su predecesor, y su currículum. Un entrenador que carga con su propio hándicap desde el día de su nombramiento como seleccionador en paralelo a su actividad como entrenador del Khimki. Se dudó de la idoneidad de tener un seleccionador que desarrolla su trabajo cotidiano en Rusia. Y creo, aunque el debate es interesante, que Scariolo merece el beneficio de la duda. Por su profundo conocimiento del baloncesto español y porque el vídeo hubiera sido en cualquier caso un elemento de seguimiento básico para él toda vez que aún no se conoce a quien sea capaz de estar a la vez en todas las canchas, en todos los momentos. Cuesta creer que no ha habido un profundo trabajo presencial de su equipo de scouting y cuesta no confiar en su experiencia toda vez que el camino siempre está más que medio andado gracias a la excepcional calidad del grupo de jugadores que conforma la selección.

Y ahí Scariolo ya ha tenido su primer golpe de suerte. Porque hay que recordar que nos hemos enfrentado a un escenario muy poco halagüeño del que hemos salido con sólo tres problemas de verdadero calado: la baja de Calderón, la ausencia de Fran Vázquez y la retirada de Carlos Jiménez. Problemas, sí, pero nada que ver con lo que hubiera supuesto una desbandada de los NBA con Pau Gasol a la cabeza y un efecto dominó que hubiera puesto a Navarro mucho más cerca del quirófano que de la concentración de la selección.

Finalmente, insisto, nos hemos quedado con tres puntos verdaderamente problemáticos. El primero es la falta de Jiménez, ya retirado de la selección y un jugador de incalculable valor en los intangibles (y en los no tan intangibles) y cuyo rol como alero alto es uno de los pocos perfiles en los que España puede tener más quebraderos de cabeza. También es una herida peligrosa la ausencia de Calderón, que se recupera de las lesiones que le han perjudicado en un año muy malo para su equipo, Toronto Raptors. El base extremeño es a la fuerza fundamental, todavía el mejor base de España en espera de que Ricky Rubio asuma definitivamente ese papel. Calderón, en forma, es un líder y una pieza necesaria para comprender la mejor versión de esta maravillosa selección española. El tercer asunto es el más peliagudo: Fran Vázquez: El pívot gallego, completamente necesario si Gasol hubiera fallado a la cita de Polonia (su presencia no está confirmada pero parece segura tras ser incluido en la lista de Scariolo) parecía incluso con el de Sant Boi una pieza perfecta para construir un puzzle monumental en el juego interior de la selección: Felipe Reyes, Fran Vázquez, los hermanos Gasol. Excepcional. Tras su mejor temporada como profesional, en el que ha rendido a un nivel que hace difícil de explicar su cacareada renuncia a la NBA, Felipe Reyes no pondrá sus extraordinarias facultades al servicio de la selección. Teóricamente por razones personales, pero nos quedará la duda de cuánto hay en todo esto de sus malas experiencias con la selección y cuánto de una mala sintonía con el nuevo seleccionador o del disgusto ante un presumible rol demasiado secundario.

Un bloque de absoluta confianza


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En el resto de la convocatoria hay cosas discutibles y gustos personales en juego. Con todo, parece imposible cuestionar el que seguramente será núcleo fuerte de la selección en pista: Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández, Felipe Reyes y los hermanos Gasol. En el resto, espacio para las dudas y el debate: ¿cuenta más el respeto al bloque triunfal de los últimos años o los méritos de la última temporada? ¿La renovación debería ponerse ya en marcha o hay que priorizar la experiencia para este Eurobasket? Se permiten dudas en todas las líneas y en varios nombres. Se puede desconfiar de Raúl (desde su mala experiencia con problemas físicos en Pekín a su demasiado irregular temporada) y sobre todo de Mumbrú tras una temporada con demasiadas sombras. Y se puede poner en duda la presencia de Berni Rodríguez, claramente por debajo de su rendimiento de anteriores temporadas. Y se puede, claro, tener mucho que decir sobre la presencia de Garbajosa tras un año poco más que correcto en Rusia.

Se puede dudar, sí, pero también se puede argumentar que la continuidad del bloque resulta la opción óptima: Mumbrú y Berni siempre han dado rendimiento a la selección y Raúl sigue siendo un base de talento (pese a sus lagunas, sobre todo en defensa) y todavía más experiencia que Ricky. Es cierto que el puesto de alero alto que ocupa Mumbrú es de los más difíciles de cubrir y que éste es un jugador que, centrado y bien dispuestos, sigue aportando tiro exterior, rebote y defensa de exteriores altos. Pero su temporada no inspira ninguna confianza, algo parecido al caso de Berni, que además terminó lesionado. El escolta de Unicaja tiene la ventaja, como Garbajosa y Cabezas, de que conoce a la perfección el estilo de un Scariolo que sacó de él gran rendimiento en su etapa en Málaga. Además sigue siendo un jugador sacrificado que sabe que su rol pasa por tener pocos minutos y cumplir labores principalmente de perro de presa defensivo en un equipo que reúne dos escoltas (que compartirán pista muchos minutos) del descomunal nivel de Navarro y Rudy.

Berni, además, ha visto el camino más despejado tras la lesión de Vidal, que ha realizado una temporada de mucho nivel y que parecía ahora mismo una opción perfecta para quitarle el puesto. Saúl Blanco, entre los invitados y una pieza clara de futuro de la selección, tiene el pecado de estar todavía algo ‘verde’, y otro jugador absolutamente válido como Grimau tiene un perfil ligeramente distinto, más cerca del 1-2 que del 2-3. Como ya hay buenos especialistas defensivos sobre el base rival (Cabezas, Ricky), seguramente haya tenido mayor peso la capacidad de Berni para defender a aleros. En cuanto a Garbajosa… forma parte del núcleo básico de esta selección aún siendo más veterano que los jugadores del 80. Está condenado a tener mucho menos protagonismo que en el pasado y a limitarse a aportar experiencia y actuar como ‘4’ abierto para aprovechar su tiro exterior en defensas interiores muy cerradas en torno a jugadores como los hermanos Gasol o Felipe.

Un último apunte sobre el puesto de base: seguramente Llull y Sada tendrán su momento más adelante y seguramente esta será la última gran oportunidad con la selección para Raúl. Cabezas parece una buena opción sin Calderón y en cuanto a Sergio Rodríguez… sigue en fase de indefinición por culpa del lastre que le ha supuesto hasta ahora su paso por la NBA. Sorprende finalmente la ausencia (no está ni entre los invitados) de Carlos Suárez, un alero con un perfil muy interesante para la selección ahora que por fin está despertando y toda vez que parece que Scariolo ve a Claver más como ‘4’ que como ‘3’. Seguramente sea una opción más sugerente que Mumbrú y una muestra de que Scariolo ha preferido ser conservador en lo referente a algunos retoques.

Todos tenemos un seleccionador dentro y más cuando hay tanto y tan bueno para contrastar y elegir. Los detabes son inevitables y yo personalmente sólo lamento las ausencias de Calderón y Vázquez (ya que es inevitable la de Jiménez) y hubiera replanteado seguramente la situación de Mumbrú y Berni, especialmente con Vidal disponible. La presencia de Garbajosa no resulta dudosa tras la ausencia de Fran Vázquez, y quizá no sea mala opción mantener cierta continuidad y tocar varias piezas ya de cara a próximas citas.

Porque esta cita, este Eurobasket, es seguramente una obsesión para jugadores como Gasol, que ha priorizado tenerla en su palmarés a pesar de lo que es habitual en los jugadores NBA y en citas que no son Mundiales y Juegos Olímpicos.

Y, desde luego, no va a ser tan fácil como algunos piensan. Con todas las estrellas en Polonia y sin plaga de bajas ilustres, el nivel sería estratosférico. Ahora quedan todavía muchas incógnitas por despejar. Habrá que ver cuántas estrellas de Lituania comparecen (con el equipo completo es sin duda el rival más terrible para España). Hay que tener sumo cuidado con partidos a cara o cruz ante equipos como Eslovenia o sobre todo Grecia (toda vez que Diamantidis y Papaloukas parece que estarán finalmente) y hay curiosidad, ya a otro nivel, por ver a una Serbia renovada sin figuras NBA pero con su nueva y rompedora juventud (ahí estará Velickovic, nuevo jugador del Real Madrid, junto a los Tepic, Tripkovic y compañía), a Gran Bretaña si finalmente están los NBA o a Francia, siempre y cuando supere el preeuropeo (por donde también debe pasar Italia y si consigue conjuntar a un equipo de nombres poderosos y con una capacidad atlética descomunal: Parker, Diaw, Pietrus, Noah, Batum, Turiaf, Gomis…). Turquía no contará con Okur dentro de un bloque también interesante y Rusia está pendiente de Kirilenko. Pero realmente cuesta ver (incluso por encima de Grecia y Eslovenia) a algún equipo que pueda frenar a España y que no sea una Lituania con todas sus estrellas, algo que es muy probable que no veamos en Polonia. Pero contra cualquier atisbo de euforia queda la experiencia del anterior Eurobasket, el agrio sabor de la plata tras la derrota ante Rusia. Así que el mensaje es claro: euforia no, confianza plena en este equipo, por supuesto que sí.