NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Federer despertó en Madrid


Ampliar

Tomás de Cos

La organización del Madrid Open y el público que había invertido su dinero en tenis durante esta semana, en plena crisis económica por cierto, llevaban años soñando con una final entre Nadal y Federer. La recién estrenada Caja Mágica se engalanó de aficionados y caras guapas para vivir un nuevo capítulo de la rivalidad más bonita del deporte actual y de la historia del tenis. Sin embargo, el deseo tan sólo se cumplió a medias, dado el inesperado desenlace del partido.

Esta vez no hubo épica, ni remontada. Y ganó el suizo por un doble 6-4, apoyado en la altura de Madrid y en una mayor tranquilidad y estabilidad emocional. Una victoria que debería servirle para continuar restañando su maltrecha autoestima tras su mal comienzo de temporada y para afrontar con ilusión renovada Roland Garros, su gran cuenta pendiente. No hay duda de que el tiempo empleado semanas atrás en recuperar la forma física ha jugado en su favor.

Nadal no encontró sus mejores sensaciones y tampoco el número dos le concedió muchas opciones de sentirse a gusto en la pista. Rehuyó los peloteos largos para evitar dar ritmo al balear, esquivó a su temible golpe de derecha y se reencontró con sus mejores armas: el servicio y el drive. El partido caminó por un guión muy diferente, que nos hizo advertir que un final distinto al ya conocido aún es posible. Una realidad sobre la que nos ha alertado el propio Nadal y su sabio entorno hasta la saciedad, y que muchos entre los que me cuento, no hemos querido ver por la insistencia de Rafa en hacer fiestas los domingos.

De nada sirven los paños calientes sobre el cansancio acumulado por Rafa en el duelo con ‘Nole’. Evidentemente le pesó en las piernas y en la cabeza, pero es parte de los inconvenientes que tiene ser el número uno y ganar más torneos que nadie. Rafa lo sabe y convive con ello. Y además, creo que en este caso lo que más jugó en contra del español fue precisamente justo lo contrario: el haberse ahorrado el encuentro con el alemán Kohlschreiber, lo que le perjudicó en su aclimatación a la pista.

Números y anécdotas aparte, la victoria de Federer es una buena noticia para el tenis. Como lo son los grandes progresos en el juego sobre tierra batida de Djokovic y Murray y el empeño de Del Potro en dejar de ser ‘el primero de los malos’ para unirse al cuarteto de cabeza. Incluso lo es para Nadal, que siempre ha crecido con la competencia, por más que la derrota, en casa y sobre su superficie favorita, le haya molestado. Mañana volverá a salir el sol y la de París será otra historia.