Nadal se abona al glamour
Tomás de Cos
Quinto título de Nadal en el precioso Country Club de la ciudad monaguesca. Al final, aquella anécdota protagonizada por Rafa al tutear a la máxima autoridad de la familia real monaguesca con un incorrecto pero espontáneo “Gracias, Alberto”, va a acabar teniendo un motivo de ser. A este paso Nadal va a acabar siendo hijo adoptivo de la ciudad del glamour y el lujo con su fórmula de esfuerzo y trabajo duro.
Nadal volvió a ganar un Masters 1000 –antes denominados Masters Series- y ya ha igualado a Federer con catorce títulos. Ganó una nueva final, un tipo especial de combate que domina a la perfección. Ésta vez ante un correoso Djokovic, al que de nada le sirvió exhibir un grandísimo tenis en el segundo set y el comienzo del tercero, y jugar en casa. El deportista español más grande de la historia, al menos ya lo es para quien esto escribe, volvió a demostrar su insultante superioridad sobre tierra batida, en la que se convierte en un tenista mitad boxeador y mitad ajedrecista.
Djokovic, acechado por Murray desde hace meses, se reivindicó con el juego agresivo y talentoso que asombró al mundo y le permitió hacerse un hueco estable en la élite del tenis mundial. Pero acabó derrotado e impotente, como tantas veces hemos visto a Federer. Y a la impotencia prosiguieron la precipitación, la improvisación y la derrota. El camino ya conocido. Por la ‘vía Federer’, Nadal es aún inabordable. Con buen o mal tiempo. Con o sin altibajos. Creo, en todo caso, que el 'método Murray' tiene más garantías de éxito, por más que hoy por hoy sigan siendo remotas. El gigante de la tierra está aún por hollar.
Pero Montecarlo deja muchas otras cosas. Confirma que Federer está en otra cosa y le costará dios y ayuda volver. Parece bastante difícil, por no decir imposible, que vuelva a ser el de antaño. Ha perdido la motivación hasta el punto de descuidar su físico. Sospecho que no soy el único que ha apreciado una tímida curva en sus abdominales.
Pero en Suiza tienen motivos de alegría pese a todo. El discípulo Wawrinka sigue creciendo y se acerca al top ten. Ganó a su maestro en una plaza de prestigio y dio guerra a Djokovic. Además, recientemente cayó ante el número uno por un doble 7-6. El chico empieza a creérselo. Habrá que estar atentos a su evolución.
Por su parte, Murray firmó una buena actuación y mantiene una gran actitud en la pista. Es capaz de maniatar a notables rivales como Davydenko con tremendas remontadas. Incluso hizo dudar a Nadal en el segundo set de la semifinal. No para de mejorar y hace su tenis más versátil día tras día. Todo pinta de que a no mucho tardar arrebatará el tercer puesto al serbio, del que sólo le separan 570 puntos.
Y en medio de todo, Rafa Nadal suma y sigue. Hoy arranca el Godó, en el que debuta el miércoles, y que parece que vuelve a tener dueño por anticipado.