Andy Murray acelera el paso
Tomás de Cos
Es el jugador con mayor progresión del último año y ayer lo volvió a demostrar. Andy Murray maniató al talentoso Novak Djokovic, que se desesperó en la tela de araña tejida a conciencia por el escocés. Le corre el tenis por las venas y es muy listo dentro de la pista. Conoce sus puntos fuertes y cuenta con un equipo, dirigido por Miles Maclagan y del que forma parte Alex Corretja, que prepara sus partidos hasta el último detalle.
El tenis británico tiene mucho que celebrar. Murray ha devuelto al tenis a los titulares en el Reino Unido, una tierra en la que se respeta y alienta, como en ninguna otra, al deporte de la raqueta. El chico de Dunblane (Escocia) con cara de travieso parece el elegido para suceder al mítico Fred Perry, considerado como el tenista número uno durante cinco años de la década de los treinta y ganador de ocho ‘grandes’ (3 Wimbledon, 3 US Open, 1 Abierto de Australia y 1 Roland Garros) y la Copa Davis en cuatro ocasiones.
Murray luce por el mundo la marca de prendas deportivas del laurel, creada por el propio Perry en la década de los cuarenta. Y lo hace con éxito y sin sentir el peso de la presión de ser señalado como el añorado ‘mesías’ del tenis británico.
El 2008 fue el año de su despegue definitivo. Ganó en Doha, Marsella, el Masters Series de Cincinatti, Masters Series de Madrid y San Petersburgo, introduciéndose en el exigente grupo que lidera la ATP, junto a Rafa Nadal, Roger Federer y ‘Nole’ Djokovic. Desde entonces no ha dejado de crecer. La prueba es que en lo que va de año sale a título por mes.
Su servicio se ha afilado más si cabe, su revés sigue imperturbable y empieza a sentirse más cómodo con la derecha. Apenas comete errores no forzados, es más fuerte, es más rápido de pies y, junto a Simon, domina como nadie el juego a doble ritmo. Su presencia en la pista ya intimida a sus contrarios y su tenis completo y versátil le permite zafarse de casi cualquier apuro.