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Iverson por Billups… ¿bueno para todos?

Acaba de empezar la temporada y ya tenemos el primer gran golpe en el mercado, uno de esos que no se suelen producir una semana después de arrancar la competición: Denver envía a Iverson a Detroit a cambio de McDyess y Billups. Además, el joven jugador interior Cheik Samb también deja Detroit para enrolarse en los Nuggets. La operación parece mejor y menos arriesgada para los Pistons, un gran movimiento de Joe Dumars en los despachos. Pero también puede ser buena para Denver. Al menos, en Colorado saben que difícilmente pueden ir peor las cosas…

Veamos. Joe Dumars avisó tras perder otra final de la Conferencia Este. Ya no había vacas sagradas en la MoTown. Tras la salida de Flip Saunders y la llegada de Michael Curry, parecía que no iba a haber cambios en el núcleo Billups-Hamilton-Prince-Wallace-McDyess. Plantilla intacta, con todas sus (muchas) virtudes y sus defectos. Sin embargo, Dumars ha encontrado la fórmula mágica para apostar alto y con poco riesgo.

Detroit: O éxito a corto plazo o reconstrucción

La operación para Detroit parece impecable, aunque pierda con la marcha de ‘Mr. Big Shot’ un referente obvio. El base, no en vano, fue MVP de las finales en las que Detroit sorprendió y destrozó a los Lakers. Pero Billups tiene ya 32 años y un contrato largo (tres temporadas además de la actual) por más de 50 millones (11 este año). Ahora llega Iverson y parece que la jugada es buena al margen del rendimiento que ofrezca Iverson en el Palace Of Auburn Hills.

Porque Dumars consigue mover su plantilla y mirar al futuro sin debilitar de forma radical el presente. En caso de que la llegada de Iverson no resulte productiva en la pista, liberará en verano sus más de 20 millones de final de contrato y quizá los casi 14 de Rasheed Wallace. Es decir, opciones y mucho margen para reconstruir no desde el draft sino desde el mercado. Y todo ello sin olvidar que los Pistons tienen en Rodney Stuckey a uno de los bases más prometedores de la liga, con potencial para ser una estrella. Si Iverson funciona, tendrá un anotador implacable y una fuerza indiscutible de la liga, por mucho que su reputación no salde precisamente fortalecida del Pepsi Center. Con un Iverson de nuevo a pleno rendimiento en el Este, los Pistons seguirán siendo aspirantes de pleno derecho ahora que hombres esenciales como Rasheed disparan sus últimos cartuchos en la liga. El caso de ‘Sheed también puede ser un buen precedente por lo que supuso en su llegada a la MoTown. Del mismo modo, Iverson puede buscar un último esfuerzo en busca del anillo.

Así que la jugada parece óptima: mucho margen de maniobra y variantes sin hipotecar el presente. Y será de matrícula si finalmente McDyess acaba regresando a Detroit vía buyout (un mes de descanso y regreso con el mínimo salarial). El pívot no quiere jugar en Denver (donde pasó cuatro temporadas antes de salir con destino Nueva York) y la opción del buyout le dejaría las puertas de Detroit abiertas.

Denver busca dar con la tecla adecuada

Mientras, en Denver la operación tampoco se puede ver con malos ojos aunque sí parece más arriesgada y hasta cierto punto discutible. Iverson se va en buenas condiciones si se tiene en cuenta que llegó a cambio de Andre Miller, Joe Smith y dos elecciones de draft. Los Nuggets renunciaron a un gran base titular como Miller para juntar a dos estrella anotadoras como Iverson y Anthony, la pareja que más puntos combina para su equipo en la liga pero también la cara visible de una franquicia a la deriva que ha saldado sus dos últimas presencias en playoffs con palizas ante San Antonio (4-1) y Lakers (4-0). Los cambios eran necesarios y comenzaron por la marcha de Camby por cuestiones salariales (salió a cambio de una elección de segunda ronda en 2010) y siguen ahora con la disolución de su monstruo bicéfalo (Iverson-Carmelo) de nulos resultados.

A cambio, Denver volverá, por fin, a tener un base puro y de primer nivel. Un ganador que aporta defensa (¿podrá inculcar algo de actitud en estos displicentes Nuggets?) e intangibles más allá de los puntos. Billups vuelve a casa (es natural de Denver, salió de la Universidad de Colorado e incluso tuvo un breve paso por los Nuggets) para tratar de liderar una nueva mentalidad en un equipo que tendrá más simetría por fin pista y un juego más lógico, siempre y cuando George Karl sepa aprovechar las virtudes de su nuevo base y no le ponga a correr y tirar a lo loco (ni siquiera por edad tendría sentido…). Además, será una buena ocasión para medir la disposición y capacidad de Carmelo Anthony y la madurez de JR Smith, que va a tener más minutos y más responsabilidades. Denver necesitaba un cambio, y este es significativo. Así que, aunque parece que Detroit gana más con la operación, en Colorado pueden esperar novedades. Y eso, ante las limitaciones salariales para efectuarlas y cuando lo que había era garantía de fiasco a la hora de competir, también suena a soplo de aire fresco.