Rafa Nadal se despidió como el número uno
Alejandro Delmás
Simon bate al español y hace final con Murray, que derrotó a Federer
Andre Agassi, el primer campeón de este Masters Series madrileño que hoy abandona la Casa de Campo, se retiró hace más de dos años. Tanta huella ha dejado Andre, que hasta Dominic Gresset, productor ejecutivo de Tennis Properties, la cadena televisiva de los Masters Series, le recuerda como el jugador "más espectacular": Andre fascinaba a Dominic.
En el día en que el torneo despidió a Rafael Nadal y Roger Federer, los dos mejores jugadores del mundo, sólo 24 horas antes del cierre en el Telefónica Madrid Arena, viene bien recordar a Agassi. Por su tenis eléctrico, con luces y reflejos de neón, y por palabras así: "Si eres un número uno de verdad y ves que vas a caer, puedes hacerlo, pero cae luchando y golpeando hasta el último momento ("go down swinging"); después ve y estrecha manos en la red".
En esas palabras, Agassi condensa la definición de lo que es un número uno: "Cae luchando, golpeando". Parece que lo hubiera dicho tras una visión sobre Nadal. Porque justo esa definición de un número uno es lo que debe aplicarse a lo que fue ayer Rafael Nadal Parera, en su vibrante tempestad de atrición ante Gilles Simon, asesino sonriente y silencioso de Niza, carita de adolescente y dureza de tejón hambriento.
Y luego perdió Nadal, ya como número uno del año, tras el K. O. de Federer. Fue tras una batalla de extenuación, tres horas y 22 minutos, con el último match point, un revés de Nadal, librado a cara de perro y con el Ojo de Halcón echando humo. En la trinchera, Simon halló el revés paralelo. Nadal, espeso, no aprovechó ocasiones: 4-2 y saque en el tercer set, 3-1 y saque en el tie break definitivo, 5/22 en bolas de break. El temible Simon nunca se rendía. Y, a las tres horas y 22 minutos, Simon, ayer el más duro, dobló el brazo más fornido del tenis mundial, el de Nadal, que se va de Madrid como el número uno: con las botas y el corazón bien puesto, maestro Agassi.