Y por fin llegó el día
Tomás de Cos
Mientras Rafa Nadal viaja rumbo a Nueva York para comenzar a preparar el cuarto y último Grand Slam de la temporada, apenas unas horas después de haberse colgado el oro olímpico en Pekín, la ATP hace público hoy de forma oficial que el español es el nuevo líder del South African Airways ATP Ranking, con 6.700 puntos y una ventaja sobre Roger Federer de 770. Tercero es Novak Djokovic (5.105 puntos) y cuarto el también español David Ferrer (2.865 puntos).
El incansable zurdo sucede en el trono a su gran rival hasta la fecha, Roger Federer, que ha ocupado la posición de honor durante 237 semanas consecutivas, y se convierte así en el vigésimo cuarto tenista en alcanzar la primera posición desde la Era Open (1973). Es el justo premio a una carrera de ensueño, que le ha permitido convertirse en el mejor tenista de la historia y uno de los más grandes deportistas españoles de todos los tiempos con tan sólo 22 años.
El resultado lógico tras un pulso largo y vibrante que ha tenido enganchados a los aficionados a la raqueta durante 160 semanas, que es el tiempo que Nadal ha perseguido sin descanso a Federer. Una rivalidad que nació en Miami. Allí firmó Rafa su primera sobre Federer (2004) y allí disputaron un año más tarde su primer duelo épico, que en aquella ocasión ganó el suizo en cinco agónicos sets.
Muy lejos queda ya su primera victoria en el circuito ATP, que tuvo lugar en Mallorca, sobre Ramón Delgado, con 15 años y diez meses. Hasta aquel momento sólo ocho jugadores habían sido capaces de conseguir estrenarse en el circuito con menos de 16 años. Desde entonces Nadal se aficionó a batir todo tipo de récords.
Tras la senda de Moyà y Ferrero
Nadal es el tercer español que consigue hacer realidad el sueño de todo tenista, tras Carlos Moyà (15 de marzo de 1999) y Juan Carlos Ferrero (8 de septiembre de 2003) y el quinto zurdo tras Marcelo Ríos (1998), Thomas Muster (1996), John McEnroe (1980) y Jimmy Connors (1974). Su logro no es fruto de la casualidad. En tenis nada lo es. Se debe a su constancia en el trabajo, una mentalidad ganadora, un talento innato para el deporte, un físico envidiable y un corazón desproporcionado. Unos mimbres de gran pureza que componen un tenis tremendo, efectivo y pasional.
Nadal ha mantenido un crecimiento exponencial que parece no tener fin y que en este 2008 ha sufrido un empujón definitivo. En lo que va de temporada Rafa ha ganado 8 títulos (Masters Series de Montecarlo, Hamburgo y Canadá, Roland Garros, Wimbledon, JJ.OO. de Pekín 2008, Queen's y Barcelona) y ha ganado 70 de los 78 partidos que ha disputado.
La mejora de sus golpes le ha permitido tener un juego completo y versátil, que se adapta a la perfección a cualquier superficie. Nadal hace mucho tiempo que es mucho más que el mejor tenista jamás visto sobre tierra batida. Y es además un chaval con la naturalidad por bandera y un gran carisma. El número uno del mundo transmite emociones como ningún otro tenista del circuito.