No tenía intención de escribir estando de vacaciones, pero cometí una injusticia el pasado lunes con mi querido Kevin Schwantz que me remordía la conciencia. Creo que la manera de aliviarme será escribiendo lo que vais a leer en las próximas líneas.
Primero os pongo en situación. Durante la entrevista digital posterior a la gloriosa carrera de Laguna Seca mantenida con los internautas, hubo alguien (siento no acordarme del nombre) que me pidió que le hiciera una relación de algunos de los adelantamientos que considero más memorables de la historia. Enumeré unos cuantos, pero fruto de las prisas, me olvidé de la que para mí es la pasada de las pasadas, la que marcó mi adolescencia porque tenía 16 años cuando la presencié. (Antes de seguir con ello, aprovecharé para decirle a Diego, por un comentario que hizo en el post anterior, que yo contesto en esas entrevistas digitales a todas y cada una de las preguntas que me pasan de la mejor manera que sé. Si no contesté a la tuya es porque no me la pasaron. Igual estaba repetida y por eso no pasó el filtro. Lo que te puedo garantizar es que no hace ninguna falta que en las preguntas se me dore la píldora para que conteste, ni tampoco que sean sobre un asunto determinado. Lo siento. No te cabrees conmigo por algo que se me escapa).
Hecha esta aclaración, volvamos al meollo de esta historia. Ese adelantamiento al que me refiero como el mejor de todos los tiempos, o al menos de mis tiempos, es el de Kevin Schwantz a Wayne Rainey en la última vuelta del GP de Alemania 91. Fue en la frenada del estadio del circuito de Hockenheim. La he visto un millón de veces y no deja de impresionarme cómo rebota la rueda trasera de la Suzuki 34 mientras frena como puede y en paralelo a la Yamaha del californiano.
El año pasado, durante el GP de Alemania, aunque en Sachsenring, tuve la oportunidad de ver el adelantamiento acompañado de su autor. Fue una gozada poder oír sus recuerdos y las sensaciones que el tejano conserva de aquello. Aproveché la historia para escribir un reportaje en el AS y aquí os paso lo que Kevin dijo, con pasión y gesticulando con las manos:
“Vaya carrera. La recuerdo bien. Me puse a rebufo de Wayne para salir en la frenada y llegamos muy rápido a ella. Yo iba por dentro, separado de él y, cuando clavé los frenos, mi Suzuki se puso a dar bandazos de un lado a otro. Creía que iba a estamparme contra él y recuerdo que quería frenar como fuera para poder entrar en la curva. Me puse a quitar marchas como un loco, haciendo el viraje en primera cuando siempre se hace en segunda. Al salir de la curva y dar gas, tuve que mirar por donde venía Wayne. ¿Si fue el adelantamiento de mi vida? Creo que sí. Al llegar a Assen semanas después, Rainey se salió recto en una curva pensando que iba detrás de él. Yo lo conté cuando me pusieron el micrófono delante, y no le gustó nada que lo hiciera”.
Os animo a que me contéis vosotros las pasadas de vuestras vidas. La de Rossi en el Sacacorchos a Stoner fue brutal pero, ya con la calma recuperada, sigo pensando que la de mi vida fue esta de Hockenheim 91. En el Solo Moto de esta semana, mi tronco Antonio López va a publicar un reportaje de pasadas históricas. Le he pedido que no me diga cuáles ha puesto porque así me devoro la revista con más ganas, pero sí que le he preguntado si estaba este adelantamiento de Kevin y me contestó que ¡por supuestísimo”. ¡A disfrutarlo!
PD: La foto que pongo es la que me hizo un colega mientras Schwantz y yo veíamos las imágenes de ese pasadón en youtube. El paquete que sale al lado de Kevin es el de mi colega de Efe, Friqui, un crack. El que no haya visto aún el vídeo, el del adelantamiento digo, no el del paquete, lo podrá encontrar en youtube con facilidad.
Uveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees
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Ráfagaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas