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Pedir ‘Peras’ al olmo

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Estudiantes está en enfermo y necesita una cura rápida. Por eso, en el club han recurrido a Velimir Perasovic, buen conocedor de la ACB y con ansia por ganarse un puesto como entrenador de élite tras sus sinsabores en sus primeras experiencias. Se enfrenta a una tarea titánica, sin red, con una situación angustiosa, pero con una afición deseosa de sostenerse con cualquier esperanza.

Han pasado apenas tres años y medio desde que el club de Serrano consiguió su mayor éxito en la liga con su subcampeonato. Aquel equipo resumía las características propias que han marcado su identidad: Veteranos comprometidos con el club, extranjeros con roles asumidos y jóvenes formados con oportunidad para foguearse que aunaban esfuerzos y entrega para rendir por encima de sus posibilidades.

Todo ello ha desaparecido con el tiempo. Los veteranos se han retirado o cambiado de equipo y ahora sólo Jasen puede asumir ese rol junto al recién llegado Larry Lewis. Entre los procedentes de las categorías inferiores las esperanzas estaban depositadas en Carlos Suárez, un alero alto con fama de tirador pero que ha dado un paso atrás cuando se ha encontrado en posición inmejorable para ser el nuevo ídolo de la afición. Acomodado y sin pasión ni ambición por mejorar, Mariano de Pablos ya tuvo que advertirle de que su dejadez (por ejemplo al llegar tarde a entrenamientos o sesiones de vídeo) no era positiva ni para él ni para el equipo. Como castigo, ‘Chimpa’ apenas ha tenido minutos (en su primer año jugaba 10 minutos por partido y ahora se queda en 8). Por el contrario, Javier Beirán o Daniel Clark han dado muestras de que con paciencia y trabajo –factores difícilmente aplicables con la situación actual- podrían llegar a convertirse en buenos relevos de futuro.

Perdida de identidad
El Estudiantes actual carece de la garra, esfuerzo y dedicación de anteriores jugadores como Carlos Jiménez, Felipe Reyes o Nacho Azofra, quienes derrocharon energía y arrojo hasta su último día como profesionales del club. Basta ver el fracaso con Caio Torres (4 temporadas como eterna promesa en el primer equipo), del que los entrenadores han reconocido que con otra actitud sería un jugador mucho mejor. Entre los recién llegados Pietrus ya se aplicó a ello en los primeros minutos y Larry Lewis parece secundarle, pero Jasen se ha empeñado tanto en capitanear el equipo que ha terminado por obnubilarse.

El resultado, un conjunto que ha logrado la peor racha de su historia (1 victoria, 8 derrotas, con 97 puntos en contra de basketaverage) al que en los últimos años no han podido dirigir con rumbo fijo ni entrenadores de la casa (Mariano de Pablos), ni ex jugadores (Orenga) ni estrategas técnicos (Pedro Martínez). La nueva fórmula es un técnico exigente, con gran experiencia como jugador en la liga pero que tuvo dificultades para organizar al primer proyecto ambicioso del Caja San Fernando y a un Tau siempre bajo una gran presión –terminó prematuramente por sus problemas de salud y el descontento de Josean Querejeta por su eliminación en la Copa del Rey-.

Objetivo: No descender
Velimir ‘sólo’ tiene que conseguir la permanencia, pero principalmente debe recuperar las sensaciones del equipo. El apoyo que siempre va a tener es el de la afición –más de 10.000 espectadores para recibir como colistas al Joventut y sin silbar a ningún integrante del propio equipo-. Los seguidores estudiantiles ahora son su principal activo –a pesar del descenso de abonados- y ya pueden pedir la dimisión de la directiva o criticar a la secretaría técnica pero nunca han increpado a sus jugadores si se han empleado a fondo porque saben de las limitaciones de su plantilla.

Al fin y al cabo, si el equipo no recuperar su espíritu de lucha y sacrificio para solventar sus dificultades se encontrará con un futuro inquietante. Existen más problemas de fondo como un club sin la profesionalización necesaria, errores en apuestas de fichajes como las de Viktor Sanidkize –se marchó este verano cuando era una apuesta de futuro- y la siempre escasa liquidez presupuestal. Muchos déficits si no hay corazón para superarlos. Sin la colaboración necesaria de sus jugadores ‘Peras’ sabrá lo que es pedir a un olmo.