Calderón y Navarro nos meten en cuartos
A falta de cuatro minutos para el final del primer cuarto, el marcador era 12-9 favorable a Rusia. Mientras España apostaba por llegar hasta la cocina, con penetraciones de Calderón y movimientos bajo el aro de Pau Gasol, los rusos parecían haber venido con los rifles telescópicos, ya que firmaban una estadística impecable en triples -4 de 4, tres de ellos firmados por Khryapa-, y Murgunov plantaba cara e incluso superaba en ocasiones a Gasol en la pintura.
El acierto ruso en el primer cuarto hizo que a la primera interrupción se llegara con 23-20 a su favor, pero Navarro comenzó el segundo periodo inspirado y se encargó de anotar cinco puntos consecutivos para poner a España por delante en el electrónico, de donde no se movería hasta el final.
Con Kirilenko y Holden a pleno rendimiento, los rusos ofrecieron el juego que les valió llegar a este partido como el único equipo invicto, junto a Lituania, en este Eurobasket. Lo que pasa es que no habían tenido un test tan serio como el de España.
Pasito a paso, los de Pepu se fueron haciendo con el control del juego, un triple de Navarro por aquí, otro de Garbajosa por allá, la lucha por el rebote garantizada con la garra de los Gasol y de Reyes,... La 'roja', a su ritmo, consiguió los mismos puntos que en el primer cuarto -20-, mientras que Rusia mostraba su otra cara: la Kirilenko-dependencia. El de los Jazz hizo 12 de los 13 puntos de su equipo en este periodo.
La mejor noticia en esos minutos de arreón español fue el regreso de Navarro. Frente a Grecia reapareció, pero de hecho no fue uno de los jugadores clave en la victoria sobre los campeones de Europa. Sin embargo, en este partido vimos al Navarro de sus mejores días en el Barça. Triples, 'bombas' y asistencias de lujo en un día en el que Rudy Fernández, su sustituto en los anteriores partidos, no tuvo su mejor día.
En el último cuarto comenzó el concurso de triples. Desde el lado español, el "sobremarcaje" sufrido por Pau Gasol en el poste bajo era la tentación perfecta para que Cabezas, Navarro y Calderón pusieran a prueba su puntería. Por parte de los rusos, estaban tan desesperados al ver que era imposible alcanzar a España en el marcador que no veían más que la línea de 6,25.
En ese intercambio de golpes siempre se suele acabar como se empieza, y España pasó menos apuros de los previstos para mantener una diferencia que acabó siendo de 12 puntos. Ahora solo queda pensar en batir a Israel para entrar en cuartos de final como primeros de grupo, posibilidad al alcance de la mano de este equipo, al que estas dos primeras fases se le han quedado pequeñas.