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Un problema de peso

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Sofoklis Schortsanitis saltó a la fama internacional la pasada temporada al destacar algunos partidos en la Euroliga con Olympiakos y ser convocado por su selección, con la que consiguió el subcampeonato del Mundo. Una campaña después el gigantesco pívot griego no ha cumplido las expectativas y sus problemas con la dieta permanecen invariables.

Tony Farmer fue quien forjó a este hombre en la cantera del Iraklis y le bautizó con el nombre de ‘Baby Shaq’ en honor al jugador de los Heat. Sin embargo, este prodigio físico gracias a la mezcla genética de su madre camerunesa y padre griego siempre ha rechazado las comparaciones con O’Neal. De hecho, según Sofoklis, se ve como un tipo más completo y asegura que su jugador favorito es Hakeem Olajuwon porque O’Neal “es sólo un jugador físico”.

Precisamente las condiciones fisiológicas de Sofoklis le permitieron destacar a temprana edad con sus exhibiciones en categorías inferiores (segundo mejor jugador del Europeo cadete de 2001 y medalla de plata en el Europeo junior de 2002), para ser el más joven debutante en la liga griega, cuando apenas tenía 15 años.

Han pasado siete años desde que irrumpiera en el deporte de élite y ha tenido tiempo para sufrir múltiples altibajos en su carrera. Primero destacó en el Iraklis y fue elegido por los Clippers en la posición 34 del draft, pero decidió quedarse en el viejo continente hasta “convertirse en el mejor de Europa”. Para ello se marchó a Italia, pero en el Cantú fracasó y decidió volver a Grecia en 2004 (Aris) y fichar un año después por Olympiakos.

Con el equipo del Pireo recuperó protagonismo, fue nombrado en una ocasión mejor jugador de la jornada en la Euroliga y terminó en el equipo de Giannakis para el Mundial de Japón. Allí, su enorme figura destacó por su asombrosa agilidad para desplazarse y muchos creyeron ver el nacimiento de una estrella.

2006-07
Con estas expectativas llegó un nuevo proyecto con Olympiakos en la actual temporada dirigida por Pini Gherson, ex técnico del Maccabi. Para sorpresa de sus entrenadores ‘Baby Shaq’ comenzó la temporada con “al menos 30 kilos por encima de su peso”, cuando en Japón se había estancado en los 149 kilos. Ante esta situación y el escaso interés del griego-camerunés por rebajar su figura, su entrenador decidió castigarle y contar poco con él hasta que se recuperara (ha estado presente en 15 encuentros, por 26 de la anterior temporada).

En noviembre se encontraba en sus peores momentos y estuvo a punto de abandonar. Con el paso del tiempo apenas ha mejorado. Sofoklis ha bajado sus destacados buenos porcentajes: es el séptimo anotador de Olympiakos en su liga (8,1 puntos) cuando el año pasado sólo Tyus Edney le superaba en esta faceta. Incluso su porcentaje en tiros de campo ha descendido desde el 66% al 56%.

Sin embargo, son números deficientes para sus posibilidades, puesto que su equipo sólo ha perdido cinco partidos en la liga regular. De hecho, su entrenador prefiere contar con nueve jugadores antes que él (juega una media de 11 minutos por encuentro) por su propensión para cometer faltas y escasa capacidad para demostrar su poder en la zona (no llega a los 2 rebotes por partido) en una competición en la que su equipo apenas tiene rival en el Aris y el Panathinaikos. En la Euroliga sus números similares.

Un cambio necesario
Los últimos aficionados en poder observarle fueron los del Tau en los cuartos de final de la competición europea y pudieron contemplar su calidad en el juego lastrada por su inmensa figura. Según sus entrenadores su peso es el principal obstáculo para que sea un gran jugador, pero él se escuda diciendo que “El baloncesto es un juego muy físico, pero lo más importante es la mente”. Al fin y al cabo, ya hemos conocido otros casos como Robert ‘Tractor’ Taylor, jugador de los Cavaliers que movía sus 150 kilos con apenas dos metros de altura o el mítico ‘Orondo’ Williams, que paseó su circular figura por algunos clubes de la ACB, pero a sus 22 años ‘Baby Shaq’ todavía tiene tiempo para enmendarse y parecerse más a su idolatrado Olajuwon.