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La victoria para Diamantidis; la leyenda para Papaloukas

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La pugna entre Papaloukas y Diamantidis ha impregnado un partido en el que antes del descanso el despliegue ofensivo fue la característica y que terminó por la vía épica.

El pabellón OAKA de Atenas ha visto un auténtico duelo de bases para decidir el título de la Euroliga. Por un lado, el experimentado Papaloukas, por el otro el ascendente Diamantidis. Los griegos han reeditado un combate de estrategas en tierras de Pericles que ha deparado un espectáculo sin igual.

El primero en golpear ha sido el jugador del Panathinaikos, quien con un triple en la cara de Van den Spiegel (2,14 de altura) otorgaba la primera ventaja considerable de su equipo en el primer cuarto (14-7) y marcaba su territorio en el campo griego. Poco después entraba al campo su rival, Papaloukas, mejor sexto hombre de la Euroliga, para conseguir reducir la ventaja de seis puntos (18-12) a un marcador igualado al final del primer período (18-17).

A diferencia de los enfrentamientos anteriores, las defensas no se han impuesto sobre los ataques y los rusos han aprovechado para adentrarse en la fortaleza ‘verde’ y anotar varios mates. En el bando contrario han respondido con las mismas armas hasta que Obradovic ha encontrado con la clave para desnivelar el encuentro. Con 28-27 para los griegos en el marcador ha sacado a Vujanic, lugarteniente de Diamantidis, quien se quedaba descansando en el banco con 9 puntos.

La muñeca de Vujanic
El serbio, lesionado durante casi toda la campaña que pasó en Barcelona, ha dado el paso adelante con sus finos lanzamientos mientras Chazivretas se convertía en el antídoto de Papaloukas con un pegajoso marcaje. Con la nueva táctica, la conexión entre ‘Theo’ y Smodis quedaba cercenada y el principal baluarte ruso (10 puntos del ala-pívot hasta ese momento) se veía tan superado por los acontecimientos que hasta le señalaban una falta técnica junto a Diamantidis.

El tercer período se iniciaba con ventaja para los locales (46-38), pero Messina encontraba la vía de comunicación con Smodis. Para frenarlo Obradovic situaba a Siskauskas (1,97 de altura) con Van den Spiegel (2,14) y Papaloukas ajustaba sus planes para remontar hasta la igualada (47-47) antes de que el cerebro del conjunto rival reaccionara.

El nuevo cambio de rumbo del partido ha tenido que ver con una tímida agresión de Becirovic sobre Papaloukas, solucionada con antideportiva, canasta de Papaloukas y el CSKA que se ponía por primera vez por delante en el marcador (50-51) tras el primer minuto (2-3). El parcial de 3-11 a favor de los rusos ha levantado al público aún más para acrecentar el ambiente ensordecedor del OAKA a favor de sus jugadores.

El 'infierno griego'
Con un ambiente tan crispado ha retornado Diamantidis para hacer frente a Papaloukas. El guerrero de Kozani ha dado un paso adelante el día de su 27 cumpleaños y de su zurda han partido la mayor parte de los ataques que han marcado un parcial 9-1 para los del trébol verde, con lo que se presentaba en el último cuarto ganando (64-55).

No obstante, el último tramo de la batalla ha sido para el lucimiento de las cualidades del base del CKSA con sus entradas a canasta y contragolpes a toda velocidad. Además, Diamantidis se tenía que quedar en el banquillo con cuatro faltas personales y el partido se convertía en un enfrentamiento entre Panathinaikos -con Siskauskas a la cabeza- y Papaloukas, el único acertado de los rusos en el último período. En ayuda del magnífico jugador ha acudido Smodis, quien con su polivalencia dentro y fuera de la zona ha anotado hasta dejar a su equipo a cinco puntos (83-78).

Faltaban tres minutos y Diamantidis regresaba al campo de batalla. Y cuando todo parecía decantado a favor de los locales llegó Trajan Langdon, quien anotaba dos triples arriesgados y dejaba a su equipo a dos puntos en el último minuto (87-85) y con el miedo en el cuerpo a los anfitriones. Sin embargo, ‘el asesino de Alaska’ falló su tercer intento y los griegos se llevaron la victoria con Batiste como inesperado anotador.

El partido entrará en la historia de los encuentros más competitivos de las últimas Euroligas y se quedará con el gran partido de Diamantidis, Tomasevic (20 puntos), Suskauskas (16) y Batiste en el último tramo, pero Papaloukas ha vuelto a demostrar que prácticamente él solo (23 puntos, 8 asistencias) ha estado a punto de conseguir la hazaña de ganar una final. Si hubiera nacido hace 2.400 años el mismísimo Fidias le habría esculpido una estatua en su honor.