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Obsesión Ricky Rubio

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En los días en que los 'Golden Boys' disfrutaba del mejor momento de la historia llegaban las noticias de un chaval de 16 años que destacaba en la medalla de oro en el Europeo cadete. Desde entonces, su evolución ha sido espectacular y ha pasado a ser uno de los puntos de mayor interés proporcionados por el baloncesto.

Más allá de que ha sido el jugador más joven en debutar en al ACB el 15 de Octubre de 2005 con 14 años, 11 meses y 24 días lo que más ha sorprendido ha sido la celeridad con las que ha superado las etapas de su formación.

Si bien en la temporada pasada ya disputó algunos minutos, en esta Aíto García Reneses apostó por él en la Supercopa, donde tuvo un protagonismo mayor de lo esperado y estuvo a punto de ser pieza clave en la remontada de su equipo en las semifinales. Seis meses después Ricky Rubio sigue formando parte de la rotación –como claro segundo base por delante del internacional brasileño Marcelino Huertas- y sus números avalan su buen rendimiento (19 minutos por partido en ACB, con una valoración de 8,3 y en la Euroliga 18,5 minutos y 9 de valoración media).

Una de las principales características del chico de El Masnou es su buen hacer en defensa con sus largos brazos y su velocidad de manos. Sabe llevar el juego y aunque no es un gran anotador no ha perdido el desparpajo a la hora de encarar a canasta, donde las penetraciones son algunas de sus jugadas preferidas para aprovechar su 1,90 de estatura. Para el recuerdo ya tenemos aquella noche europea en que anotó seis puntos, capturó cuatro rebotes y arrebató siete balones a los jugadores del Unicaja en 21 minutos.

Pero poco más sabemos de él porque en el Joventut han decidido protegerle ante la posibilidad de que el adolescente perdiera la cabeza con tanto halago. Todo el mundo observa a este chico, sus progresos, tienen curiosidad por sus expectativas y en algunos momentos ha llegado a convertirse en un interés exagerado por el que se quiere convertir en la nueva megaestrella española. De momento, crece a la sombra de Rudy Fernández, otro joven que ha progresado en la ‘penya’ y aprende de un base veterano como Elmer Bennett.

Sabemos que optó por jugar en la selección cadete y que gracias a ello su hermano Marc –un tirador con futuro- tuvo sitio para jugar en la juvenil. También sabemos que fue capaz de empatar un partido de aquel torneo con una canasta desde el medio del campo tirando y que dedicó la victoria a un compañero suyo que había fallecido apenas un mes antes. Lo que no sabemos es hasta dónde llegará y cuando será el día en que explote todo su talento. Por ahora los seguidores lo tienen claro y ya le han elegido el mejor jugador joven de Europa.