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Borchardt y Granada, la pareja ideal

Curtis

Todo el mundo habla en estos días de la gran temporada que están haciendo el Tau y el Real Madrid, de si el Barça se meterá en la Copa del Rey o si el Estudiantes saldrá de su alarmante crisis. Sin embargo, pocos dirán que en la plantilla de de estos equipos está el mejor jugador de la liga ACB. Porque ese honor corresponde a Curtis Borchardt, pívot estadounidense que se ha convertido en el emblema del Club Baloncesto Granada.

La historia de Curtis va más allá de sus estadísticas de puntos (16,4), rebotes (10,9), tapones (1,9) o valoración (25,9) que promedia esta temporada. Desde que fuera drafteado en 2002 con el puesto 19, muchos veían en él un pívot contundente y con un futuro prometedor en la NBA. Los Jazz apostaron por él pero el jugador se destrozó la rodilla y se pasó toda la temporada en blanco. Tampoco despuntaría un año más tarde, en el que sólo jugó 17 partidos y de forma muy intermitente por sus continuos problemas físicos. Pero para cuando pareció estar perfectamente recuperado, Jerry Sloan ya había dejado de confiar en él y apenas dispuso de minutos. Le tildaron de ser un pívot blando y le traspasaron a los Celtics, donde puso fin a su aventura en la mejor liga del mundo.

Durante su primera lesión grave, Borchardt empatizó con Raül López, por entonces también jugador de los Utah Jazz y con problemas similares en su rodilla. Lo que nunca pudo imaginarse Curtis es que esa buena relación le acabaría trayendo a España, donde nunca se pensó que jugaría.

El CB Granada apostó por él la pasada temporada y en poco tiempo se convirtió en uno de los mejores jugadores de la liga ACB. Es por eso que equipos punteros de Europa como el Maccabi o el Panathinaikos preguntaron por él. Pero a Borchardt no le interesa tanto el dinero y sí su salud. Sabedor de que en equipos así tendría que jugar también partidos de Euroliga, demasiado para él, optó por quedarse en Granada con una serie de condiciones especiales. Entre ellas, la colaboración en la fundación del equipo de su mujer, Susan, ex jugadora de las Minnesota Lynx de la WNBA.

Granada le ha dado todo a Borchardt y éste responde jornada tras jornada con sensacionales actuaciones. Pese a que su equipo tiene pocas opciones de meterse en la fase final de la liga, muy posiblemente se lleve el título de mejor jugador. Porque para Curtis no todo es dinero. Ojalá muchos hicieran lo mismo.