NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Aquellos Torneos de Navidad

Ampliar

Todos los años por estas fechas el Real Madrid de baloncesto nos ofrecía un singular espectáculo: el Torneo de Navidad. Considerado el mejor ‘campeonato’ amistoso del mundo contó con la presencia de grandes equipos y figuras pero su estrella se apagó hasta desaparecer hace dos años y reconvertirlo en un partido de pretemporada.

Si el Torneo de Navidad hubiera tenido un epitafio o habría rezado algo así: “Pionero de su tiempo, testigo de leyendas”. No obstante, ahora resulta un evento añorado por los pocos que recuerdan las grandes tardes que dieron de sí en los pabellones del Real Madrid. Suponía una gran oportunidad para dar a conocer a la chiquillería el único deporte que se podía disfrutar en esas fechas.

El Torneo fue el primero en atraer a España a los grandes equipos del baloncesto fuera de la NBA. Las anécdotas de los seguidores que disfrutaron de la competición son muchas y diferentes. El mejor partido fue considerado por muchos el que enfrentó al Real Madrid con la Universidad de North Carolina –mucho antes de que Michael Jordan se matriculase- con George Karl como base. El norteamericano luego llegó a formar parte del Real Madrid como entrenador y en la actualidad es uno de los técnicos más valorados de la NBA.

El Torneo de Navidad también dio la oportunidad a muchos de ver a ‘Magic’ Johnson. Los que no le habían visto en los Juegos Olímpicos de Barcelona con el ‘Dream Team’ tenían una nueva opción con un equipo de ‘estrellas’ en el que el prestidigitador del balón se lució ante el público con algunos de sus mejores números a pesar de haber abandonado ya la competición. Hasta se puso una camiseta del Real Madrid con el número ‘32’ para delicia de la hinchada local.

Otros recordarán aquella jugada famosa en la que un jovencísimo Arvydas Sabonis destrozaba el tablero con un mate al frente de la U.R.S.S. o con la llegada del odiado-admirado Drazen Petrovic antes de firmar con el club blanco. Los años de gloria del Real Madrid coincidieron con la mejor participación. Equipos de todo el mundo se peleaban por una invitación a un torneo que tenía tanta importancia que algunos jugadores locales han reconocido que ni siquiera podían dormir en la víspera por los nervios que provocaba la siguiente confrontación.

El prestigio del Torneo de Navidad fue decayendo a finales de los noventa, pero seguía contando con equipos exóticos como Nueva Zelanda, grandes competidores como la Italia de un imberbe Basile o el CSKA de Moscú de Kirilenko. Con el cambio de siglo el nivel de los rivales se estancó. Los organizadores aseguraban que en estas fechas resultaba difícil encontrar equipos y que el apretado calendario también dificultaba la tarea. Además, el nivel del equipo local también había dejado de ser un aliciente.

De hecho, en su última edición (en estas fechas navideñas) el rival fue el Telemar. Recuerdo haber preguntado a Sergio Scariolo –entonces máximo responsable deportivo- por la presencia de algún jugador destacado cuando se presentó aquella edición ante “un conjunto de los mejores baloncestistas de Sao Paulo”. El entonces director técnico del Real Madrid hizo gala de su capacidad para salir de estas situaciones asegurando que el nivel era bueno, aunque no precisó ningún jugador. Aquel partido terminó con victoria cómoda del Real Madrid ante 11.000 espectadores ante unos brasileños que demostraron que su país no es precisamente la cuna del baloncesto. Por cierto, el mejor rival fue un tal Eric Strand.

En definitiva, ya no podremos paladear acontecimientos como la llegada de la Jugoplastica de Vlade Divac, el debut de Chechu Biriukov, Indiana en España, el poderoso Maccabi y jugadores del nivel de McAdoo, Bernard King, Oscar Schmidt, Sabonis, Petrovic, Kukoc, Djordjevic, etc. Los aficionados tendrán que conformarse con algún torneo de barrio con clubes con nombres como Nottingam Prisas, Maccabi de Levantar, etc. si tienen mono de baloncesto.

Torneo de Navidad, Descanse en Paz.