El regreso del gran capitán
Pocas veces un jugador puede volver a enfrentarse a su antiguo equipo con el aplauso de su afición. Algo así es lo que ocurriría con Nacho Azofra si en lugar de jugar su primer partido en Bilbao, donde está su nuevo club, lo hiciera en el campo del Estudiantes, la que fue su casa durante tantos años.
Después de quince temporadas en el club estudiantil, es difícil encontrar un jugador que haya calado tan hondo en la afición. Cercano en el trato, vistoso en su juego y salido del propio instituto Ramiro de Maeztu, Azofra es mucho más que un jugador, mucho más que un capitán, es un símbolo de los valores del Estudiantes. Por ello su salida del club ha sido entendida a la perfección por la afición, sin ambiciones, sin artículos 1006 de por medio, simplemente hay que dejar hueco a los nuevos valores que salen de la cantera.
El destino ha querido que el primer rival de su nueva etapa sea el equipo de toda su vida, pero habrá que esperar hasta la segunda vuelta de la liga para poder ver el homenaje de los estudiantiles a su capitán, al número 13 que perfectamente podría ser retirado en homenaje a uno de los mejores jugadores de la historia colegial.