Carolina Marín, una de las deportistas más queridas del país, se llevó de la cruel experiencia de París un premio mayor que el oro olímpico: el cariño incondicional de la gente.
PorJuan Gutiérrez
Julián Burgos
Iván Molero
Carolina Marín, una de las deportistas más queridas del país, se llevó de la cruel experiencia de París un premio mayor que el oro olímpico: el cariño incondicional de la gente.